•𝘊𝘩𝘢𝘱𝘵𝘦𝘳 𝘵𝘸𝘰

1.1K 102 29
                                    

—¡Minho! —escuché la voz de Yeji Noona, y voltee rápidamente.

Si, y con ella venía ese chico tan perfecto que me vuelve loco.

Es una gran coincidencia encontrarlos justo frente a mi apartamento, ¿qué hacen aquí?

—¡Hola, Minho! —me saludó cuando ya estaba frente a mí, al igual que el pelirojo hermoso.

—Hola, Min.

Honnie, Min, Minhonnie. De cualquier manera que ese perfecto hombre me llamará, siempre me volverá loco.

—Adivina que —me habló Yeji Noona, espero que no sea otra de sus citas—. ¡Viviremos aquí! ¿No es genial?

Ella apuntó al apartamento que estaba justo frente al mío. ¿La mala de ésto? Tendré que verla todos los días, aunque como dije antes, no me desagrada, simplemente no es mi tipo. ¿Y lo bueno? Claro, es que ahora podré ver todos los días esa cara tan perfecta, ese cuerpo tan bien trabajado y ese hermoso cabello rojo que me vuelve loco.

—Sí, lo és —respondí embobado.

—Minho —habló de nuevo Noona —. ¿Te gustaría ir-

Fué interrumpida gracias a que su madre, la señora Hwang, apareció de repente frente a nosotros, llevaba unas cuantas bolsas en las manos. Gracias señora Hwang.

—Lo siento, chicos, me llevaré a Yeji para que me ayude —dijo la mayor.

Gracias, gracias.

Ambas mujeres se adentraron en su apartamento y cerraron la puerta, claro, no puse mucha atención a eso ya que me encontraba viendo al Dios griego que tengo frente a mí, tan guapo.

—¿Qué miras? ¿Te gusto o qué? —me preguntó de manera burlona.

Si, me gustas, me encantas, ¡hazme tuyo!

—¿Eh? N-no, yo.. Bueno, ¿quieres ver una película? —no sé ni porque dije éso—. B-bueno.. Digo.. Ahora que somos vecinos..

—Está bien, Honnie Hyung —dijo sonriendo.

Dios, de seguro ahora tengo todas las mejillas rojas.

Dios, de seguro ahora tengo todas las mejillas rojas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Malditos nervios, ¿para qué me sirven?

Si, ya estabamos viendo la película como era planeado, una película de terror la cuál me tiene cagado de miedo en estos momentos, y peor aún, me siento tan nervioso teniendo a Hyunjin a un lado de mí. ¡Quiero abrazarlo!

Bueno, creo que ya se me cumplirá.

De un momento a otro ya estaba pegado a mi amor prohibido, ¿porqué? Por el simple hecho de asustarme en cierta parte que da mucho miedo. Puede que también lo haya usado de excusa para abrazar al pelirojo, ¡pero la verdad si dio miedo!

Hyunjin rió, que risa tan hermosa, ¡todo en el es hermoso!

—Honnie, ¿enserio te asustaste?

No, ¿cómo creés? Solo tenía ganas de saltar encima de tí.

Bueno, eso talvez.

—S-si.. Esque.. Las películas de terror no son lo mío.

Me sonrió, Dios, me sonrió. Es perfecto.

—Y-yo.. —puede que lo qué diga es arriesgado, pero lo quiero—. ¿Nos podemos quedar así?

Lo que creí que haría era que me apartaría o algo así, pero no, fue todo lo contrario. Me rodeó con sus brazos y me pegó más a él.

—Hyung, aveces pareces un niño pequeño.

Este hombre me quiere hacer desmayar con sólo sus palabras.

—Es lindo.

¿Porqué su semblante cambio? Se ve tan tranquilo.. Me encanta.

—Lástima que le gustes a mi hermana —dijo como si nada— sé que en algún momento a ti igual te gustará, Hyung.

¿Porqué eso último sonó algo triste? ¿Qué es lo que me trata de decir?

—¿Qué es lo qué me intentas decir? —pregunté.

El sólo me abrazó más fuerte.

—Nada, Honnie, después te darás cuenta.

¡Mierda! Odio ser tan pendejo.

—Sigamos viendo la película, Min.

Y si, seguimos viendo la película, ninguno habló desde éso, pero era un silencio cómodo, un silencio que me gustaba. También, el me estuvo abrazando durante toda la película, aunque no me quiero ilusionar, se que lo hizo porque yo tenía miedo, sin ninguna doble intención, pero yo lo quiero sentir así.

Cuanto la película término, el se fue a su apartamento que gracias a los padres Santos ahora vivía frente al mío, y por mi parte, me fuí a mi habitación para descansar.

Aunque claramente no podré descansar.

(Narración en 3ra persona)

El haber estado de esa manera con Hyunjin, abrazados, viendo una película, sintiendo su calor, Dios, simplemente perfecto. Parecían una linda pareja, si tan sólo hubieran podido llegar a los besos, las caricias.. Tal vez si enserio fueran pareja, después de un rato de romance, podrían haber llegado un poco más lejos, tocarse, besarse con pasión.

Si, Minho tiene muy seguido fantasías con el Pelirojo, algunas sobre como sería tener una relación linda y estable, y otras de cómo sería tener sexo con el menor, como sería ser follado y jodido por ese perfecto chico.

Tener esas fantasías lo ponen muy cachondo.

Bajó su pantalón lo más rápido que pudo, pues una notable erección ya se había formado bajo sus pantalones y queria atenderla lo más rápido posible, claro, mientras piensa en el caliente pelirojo.

Al tener su erección libre, comenzó a masajerla un poco, para después hacer un vaivén con su mano derecha, mientras que con la otra subía su camisa para atraparla entre sus dientes y luego tocar uno de sus pezones con esa misma mano, aún tocando su pene, pensando en que era el menor quien lo tocaba de esa manera.

Aceleró sus movimientos sobre su erección, pero ya no era suficiente, quería más, quería sentir más que éso.

Optó por bajar la mano con la que se masturbaba a su entrada, abrió las piernas y comenzó a tantear el agujero para después introducir un dedo, haciéndole soltar un gemido, no complacido, sino porque se sentía algo raro sin usar lubricante, aún así se sentía bien.

Gracias al cielo, bueno, a sus padres que el puede vivir solo, para así hacer todo el ruido que quiera.

Metió un segundo dedo, ahora sí gimiendo algo agudo ya que se comenzaba a sentir aún mejor, mientras imaginaba que era el pelirojo quien lo penetraba con sus dedos, aunque sabia que los del chico eran algo más grandes, y claramente le darían más placer.

Dios, como anhelaba éso.

Ahora ya se penetraba a si mismo con tres dedos, mientras que con su otra mano atendía su dolorosa erección, convirtiéndose en un desastre de gemidos por estarse dando el auto placer.

—Umgh.. Mierda~ ¡Hyunjin!

Gimió de manera aguda el nombre del chico, retumbando aquel gemido por la habitación cuando se corrió, sacó sus dedos y como pudo, acomodo un poco su camisa. Su pecho subía y bajaba constantemente, aún jadeando por la aceleración de haberse corrido con sólo pensar en el pelirojo. Sus cabellos negros estaban pegados a su frente, y sus ojitos cerrados, descansando después de tanto.

No era la primera vez que hacía este tipo de cosas, ya que como se dijo antes, el siempre ha deseado y querido al menor.
















Khee
Minho, mi amor, vente conmigo, yo te amo wapo.

En fin, byee💗.

•𝘚𝘰𝘳𝘳𝘺! 𝘐 𝘭𝘪𝘬𝘦 𝘺𝘰𝘶𝘳 𝘣𝘳𝘰𝘵𝘩𝘦𝘳 ᴴʸᵘⁿʰᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora