•𝘊𝘩𝘢𝘱𝘵𝘦𝘳 𝘯𝘪𝘯𝘦

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(Minho)

Abrí mis ojos lentamente, parpadeando en el proceso. ¿A qué hora me había quedado dormido? No lo sé. Sólo recuerdo haber estado llorando sin control alguno por ese pelirrojo que me trae loco. Hablando de el, ¿qué hora será? ¿Ya habrá salido de clases?

Intenté removerme un poco para tomar mi celular, pero unas manos apresando mi cintura no me permitieron hacerlo.
Voltee asustado para ver de quien se trataba. ¿Quién mierda había entrado a mi departamento? ¿Yeji Noona? Pero me calme al ver al pelirrojo acostado a mi lado, demasiado cerca de mi rostro y sus hermosas manos abrazandome.

Un sonrojo subió por mis mejillas hasta mis orejas. ¿Qué hacía el ahí? Ahora estoy mucho más confundido. Creí que hasta no lo volvería a ver. Intente zafarme de sus fuertes brazos para ver la hora, pero no pude, ya que me gana en fuerza. Esperen, ¿cómo sabía la contraseña de mi departamento?

—Hyung, despertaste —su voz ronca hizo que diera un brinco—. ¿Dormiste bien?

—Hy-Hyunjin.. —me quedé hipnotizado viendo su hermoso rostro. Sus ojos. Esos hermosos ojos rasgados que tanto me encantan, el también me miro, mierda, ahora estoy el doble de nervioso.

—Si te preguntas cómo entré —se acomodó mejor, y me abrazo con más fuerza—. El día que estabas borracho, vi tu contraseña.

No pude responder, simplemente solté un suspiro embobado. Sus labios son tan hermosos, me encantaria besarlos estando completamente consciente.

—Honnie, ¿qué pasa?

—Y-yo —¿y ahora qué digo? Me está volviendo loco—. T-tengo que ir a bañarme. ¿Podría?..

Genial, Lee Minho. Que mejor cosa se te ocurrió.

—Claro, Min. Yo te espero.

Soltó mi cintura y yo rápidamente me levanté para dirigirme al baño. Bueno, almenos tendría un poco de tiempo para pensar.

(3ra persona)

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(3ra persona)

—Hyun, ¿podrías salirte del cuarto? E-esque me necesito cambiar —dijo de modo tímido.

Hyunjin lo miro y soltó una risita, haciendo que el pelinegro se pusiera aún más nervioso. Se le hacía muy tierno.

—¿Porqué, Hyung? Digo, ya he visto todo lo qué tenía que ver.

Minho se sonrojo escandalosamente, agachó la cabeza para tratar de esconder ese sonrojo, pero no pudo. Sólo hacía que el menor sonriera más debido a que la escena le parecía demasiado tierna. Hyunjin adoraba ver a su Honnie de esa manera.

—Está bien. Pero cambiare rápido —salió de la habitación y cerró la puerta.

El pelinegro soltó todo el aire que estaba sosteniendo. Hyunjin lo ponía realmente nervioso en está situación, pero por ahora sólo se dedicó a ponerse su ropa. Algo sutil, un short que dejaba ver sus piernas, y una camisa unas cuantas tallas más grandes que él. Con éso tenía, pues no tenía pensado salir a ningún lado, y esperaba que el pelirrojo se fuera lo antes posible si no tenía nada que decirle.

Abrió la puerta, y el menor rápidamente se dirigió a él, y volvió a entrar en la habitación sin decir nada. Minho cerró la puerta por inercia y volteo a verlo, Hyunjin tenía su mirada puesta en un lugar exactamente, sus piernas.

¿Cómo no? Esas preciosas y niveas piernas expuestas totalmente para él, era la vista perfecta. Minho es perfecto. Se mojó un poco los labios, quería marcar esas piernas, pero no ahora. Ahora tenía que hablar con el pelinegro, quien sólo estaba en su lugar apretando sus piernas una con la otra, completamente sonrojado y con la cabeza gacha.

Hyunjin fué a sentarse en la cama mientras decía:—Min, ven. Siéntate a mi lado.

Minho asintió y muy tímidamente caminó hasta quedar sentado a lado de Hyunjin, un poco alejado, pero no tanto. ¿Qué quería Hyunjin? No sabía, pero el miedo volvía a consumirlo. ¿Será que ahora sí le dirá lo qué más temia?

—Minho —volvió a hablar el menor—. ¿Recuerdas que el otro día te quería decir algo? —el mayor asintió—. Bien, pues ahora te lo diré.

Hyunjin se veía nervioso, lo estaba. No sabía cómo se lo tomaría su Honnie, aunque sabía que los más probable es que aceptaría, aún así se sentía muy nervioso.

—Yo.. Minho.. —lamio sus labios—. Mierda, tú eres muy lindo.. Bonito.. Y.. Ése día que hicimos, ya sabes.. Dios, desde ése día no puedo dejar de pensar en ti —se quedó callado un momento—. Yo sé que le gustas a mi hermana, y qué probablemente esté mal que yo quiera seguir contigo.. Pues, ya sabes. M-me gustaría que.. Pues seguir teniendo esos encuentros —Minho fruncio el ceño—. ¡P-pero no sólo para hacer éso! Osea, también me gustaría seguir viendo esas películas, salir a comer helado.. Y-y cosas así.. Yo..

Los ojos de Minho brillaron. No esperaba que el mejor le dijera que quería tener citas con él, o algún tipo de relación.

—Hyunjin —lo interrumpió—. Sé a lo qué te refieres. Aceptó.

—¿Enserio? —sonrió felizmente—. ¡Genial! P-pero, Hyung.. M-mi..

Minho nunca había visto a Hyunjin tan nervioso. Se veía lindo.

—Tu hermana —dijo Minho—. Lo sé. Sé que ella no aceptaría bien ésto. Así que si, también aceptó mantenerlo en secreto.

Hyunjin asintió, cabizbajo.

—Por alguna razón, siento que ésto está mál —habló de repente el menor—. Pero por mi está bien. Después veremos que pasa.

Está vez fué el turno de Minho de asentir.

El realidad, Minho se sentía muy feliz. ¿Cómo no? Ya podría tener almenos algo de contacto con el pelirrojo, aunque no hayan formalizado una relación, o algo como ser novios, almenos podían tener algo, y Minho se conformaba con éso. Estaba feliz, y aún más feliz de haber podido ver la faceta de Hyunjin todo nervioso, pues el menor normalmente se mostraba serio. Sabía que no muy seguido podría ver esa faceta, así que lo tenía que aprovechar.

—Minho —le habló, llamando la atención del nombrado—. ¿Puedo besarte?

Minho se sonrojo, como siempre que Hyunjin le decía algo así, pero sólo asintió. El menor de acercó al pelinegro y acuno su rostro con sus manos para después besarlo. Un beso tranquilo pero profundo, haciendo al mayor suspirar por la sensación. Se sentía bien.

Se sentía realmente bien estar así con su pelirrojo.

•𝘚𝘰𝘳𝘳𝘺! 𝘐 𝘭𝘪𝘬𝘦 𝘺𝘰𝘶𝘳 𝘣𝘳𝘰𝘵𝘩𝘦𝘳 ᴴʸᵘⁿʰᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora