PRINCIPIO DE CAPITULO 26

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-De verdad me gustaba mucho la lluvia, pero no todos los malditos días de la semana. -gruñí enfadada. -¿Por qué en esta ciudad llueve tanto?

Tyler se encogió de hombros mientras conducía camino a casa. Las gotas eran fuertes e insistentes y casi no se podía ver con claridad tras la ventana.

-deberíamos aparcar y esperar hasta que se calme un poco esto, ¿no crees?

-¿bromeas? -Soltó -tardaríamos horas, necesito llegar a casa cuanto antes. Me estoy muriendo de hambre.

Volví mi atención hacia Danielle, quien estaba perdida jugando a algo en el celular de Tyler.

Lo único bueno es que no había truenos, solo era agua a montones. Estaba tensa y creo que mi hermano también. La carretera no era muy segura cuando esta tan mojada y corríamos el riesgo de resbalarnos. No había muchos autos alrededor, eso también era una buena noticia.

-Ty... -grité al sentir como el volante no cedía a las maniobras de mi hermano. Fue un movimiento brusco pero nada más, las llantas flaquearon lo que pareció un segundo, segundo que bastó para hacer estallar mi histeria. -Tyler, me importa un carajo que te estés muriendo de hambre, hay que aparcar. ¡Ya!

Al parecer aquello había provocado inseguridad en el, pues decidió obedecer mi orden.

-lo hare, solo intenta tranquilizarte -dijo -asustaras a Danielle.

-solo detente, ahí, es buen lugar. -señalé el estacionamiento de una pequeña tienda de comestibles. Estaba lejos y borrosa, pero era una de las opciones más seguras.

Tyler hizo un movimiento rápido intentando mover el volante hasta la derecha. Ninguno de los dos nos dimos cuenta del otro carro que venía por el carril que queríamos tomar.

Sucedió tan rápido.

Ni si quiera lo vi llegar.

Solo era ruido, dolor y mucha sangre.

El auto se deslizó violentamente hasta impactar contra un gigantesco árbol. Yo no llevaba puesto el cinturón de seguridad, quería ponérmelo pero estaba atascado, ni si quiera Tyler pudo hacer que cediera. Me dijo que no importaba, que después lo llevaríamos a reparar.

Pero yo no lo necesitaba después, yo lo necesitaba ahora.

Mi cabeza chocó contra el duro tablero. El vidrio colapsó a razón del fuerte golpe. Pude sentir la sangre caliente invadiendo mi rostro.

Y dolía, dolía muchísimo.

Comencé a ver pequeños destellos de luz, como estrellas. Tenía nauseas y quería vomitar. El dolor era tan intenso que casi no podía pensar con claridad.

Pero no me importaba mi situación, mi vida era por lo último que estaba preocupada.

Mis hermanos.

Mi cabeza se sentía tan pesada, el dolor del cuello no me permitía moverla con facilidad. Luche contra la nube de dolor y tomando toda la fuerza que me quedaba intente incorporarme lentamente para revisar el estado de mis hermanos.

Tyler estaba peleando contra la bolsa de aire que amenazaba por asfixiarlo, pero estaba vivo y eso era bueno.

-D-Danielle -la voz no me salía, era casi un susurro. Queria grita, pues tal vez no me escuchaba. La lluvia resonaba sonoramente, no podía distinguir los sonidos alrededor. -¿Danielle?

-estoy bien -contestó. -solo me he golpeado contra tu asiento, el cinturón me aprieta mucho. Creo que esta atorado.

Las lágrimas de alivio comenzaron a invadir mi visión. Estaba tan agradecida porque mis hermanos estuvieran bien. Ahora que habia comprobado que estaban bien, yo podía descansar.

Los destellos de luz y el dolor pulsante contra mis sienes comenzó a debilitar mi lucha interna. Mi pie estaba atorado contra la puerta y tenía pequeños pedazos de vidrio encajados en el brazo izquierdo.

-llamare a emergencias. -Anunció una voz desconocida. -¿estan todos bien?

Si, ellos están bien.

Cerré mis ojos y perdí la conciencia.

SIEMPRE FUISTE TÚ / GRAYSON DOLANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora