SIEMPRE FUISTE TÚ / GRAYSON DOLAN

CAPITULO 40

Las pizzas se vendieron más rápido de lo que si quiera yo me hubiese imaginado. No tuvimos que estar ni menos de dos horas, lo cual, fue un gran alivio. Rebeca me había dicho que ella no tenía nada más que hacer estando en la escuela y que prefería irse a descansar a casa. Al principio quise protestar, se puede decir que casi le rogaba que se quedara conmigo, pero al final, tuve que aceptar su decisión de irse.

Grayson me dijo que no me metiera y que dejara que las cosas entre los dos se solucionaran de manera natural, con su tiempo. Se molestó bastante cuando le conté sobre lo que había organizado para que Ethan se sintiera celoso; me dijo que no era asunto mío y que probablemente habría provocado que su relación se viera aún más afectada de lo que ya estaba. Empleo aquellas palabras con su tono tranquilo y amable, sin embargo, yo las sentí como un severo golpe al hígado.

—Permíteme decírtelo, eres un idiota —espeté sin intentar ocultar ni lo más mínimo mi coraje acumulado —. lo arruinaste. Metiste la pata hasta al fondo.

Ethan y yo caminábamos hasta los campos donde se llevarían a cabo los partidos de lacrosse. Grayson jugaría en un par de minutos y queríamos llegar a tiempo para alcanzar un buen lugar en las gradas principales. Los juegos de fútbol fueron los primeros en realizarse. Me dio mucho gusto enterarme de que nuestro equipo había ganado los dos partidos, es un gran comienzo.

— ¡Oye, yo no sabía que las chicas harían eso! —se excusó completamente a la defensiva. Sinceramente, no tenia motivo por el cual pretender estar ofendido. ¡Él era el único que había hecho algo malo aquí! — en los ensayos no saltaban a nuestras espaldas, ellas lo planearon sin decirnos. Michell me dio un beso, que fue en la mejilla y yo me quité al instante. ¿No vieron eso? Por supuesto que no, ¿verdad? Deja de culparme por algo de lo que yo no fui responsable. ¡Rebeca se comporta como una chiquilla inmadura! Maldita sea, yo no quiero a nadie más y mucho menos a Michell. Es ridículo, es... completamente absurdo.

— ¿Y por qué no le dices a ella todo esto que me estas contando? —exigí saber.

—No te ofendas, Meredith —me miro unos segundos antes de seguir caminando —pero no es tu problema. Sé que Rebeca es tu mejor amiga, pero ella es mi novia y sinceramente, no tengo por qué darte explicaciones.

Sus palabras fueron escupidas con rencor, lo noté al instante. Ethan no suele portarse de esa manera, no conmigo. —Grayson te lo dijo.

Ni si quiera tenía que contestar, yo ya sabía la respuesta a mi pregunta. Lo podía juzgar por su mirada enmarcada y su postura molesta. El chico siempre fue una persona fácil de leer, cualquiera podía saber si estaba triste, enojado o feliz con solo echarle un rápido vistazo.

—claro que me lo dijo — contestó secamente, sin tacto alguno al hablar. Aleje mis pensamientos en contra de Grayson para concentrarme en lo que Ethan tenía que decirme a continuación: —. Eres mi amiga y te conservo mucho cariño, sin embargo, no voy a permitir que te metas con mi relación. No de esa manera. Ni si quiera sabes lo que está ocurriendo entre nosotros, no sabes todo lo que hemos vivido. Le prometí a Grayson que no te diría nada, pero simplemente no pude quedarme callado. He decidido simplemente dejarlo pasar, solo espero que no vuelvas a intentar hacer otra de tus estupideces. Puede terminar muy mal.

Mi cara cayó. Me sentí incomoda, ofendida y triste. Sus palabras me habían afectado bastante. Las sentí pesadas, como un balde de agua fría. Yo solo quería ayudar, yo solo quería presionar las cosas para que volvieran a su curso normal. ¡Odio ver a mis amigos sufrir de esa manera! Y aunque el orgullo me tumbe y quiera apoderarse mi razón, yo admitía que había cometido un error en intentar intervenir en donde no debía. Comprendía la brusquedad de mi amigo al hablar, comprendía su reacción llena de resentimiento. De algún modo, les falle a mis dos mejores amigos.