CAPITULO 37

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−Suena a que Sean se portó jodidamente grosero contigo -Negó con la cabeza, indignada por el comportamiento del padre de nuestros novios -Quiero decir, siempre se ha comportado un tanto irritante, pero contigo se paso bastante de la raya. ¿Qué dijo Grayson?

Me encogí de hombros después de soltar un largo suspiro de notable derrota: − ¿Qué podría decir? Intentó intervenir en algunos momentos, pero honestamente, yo prefería que no lo hiciera. Ellos ya tienen una relación bastante tensa como para presionarlos aun más. Si te soy sincera, me esperaba ese tipo de comportamiento.

− ¿E−Ethan? -su voz tembló, nerviosa. Le costaba preguntar por él, lo sabía. Su discusión seguía a flor de piel y aunque no quería entrometerme mucho, debo admitir que la curiosidad me invadía y reclamaba por información respecto a la estabilidad de la pareja − ¿El no metió sus narices por ti?

Sonreí para mis adentros al recordar la tensión en los hombros de mi amigo cada vez que la atención de su padre se posaba en mi, o como boqueaba en busca de palabras de intervención que me auxiliaran. Yo respetaba mucho el hecho de que Ethan no se quejó respecto al descarado trato de su padre, yo por mi parte, no sé que hubiese hecho. Sean ya era muy duro con él como para meterse a una estúpida discusión por mi culpa.

Ellos eran familia y yo un pasatiempo.

De pronto, me sentí incomoda y quise borrar aquel pensamiento de mi mente. Sea o no sea verdad, no quería darle muchas vueltas al asunto

−Agradezco que no lo hiciera, me hubiese sentido muy culpable si una pelea comenzaba por mi culpa -confesé apenada -Pero vale la pena mencionar las veces en las que interrumpió la charla incómoda. Yo lo entiendo, Beca. Sean es un hombre demasiado intimidante, pero al final del día, es su padre.

Ella negó, desaprobatoria.

− ¡Puede ser el jodido presidente! -parecía disgustada, pero sabía que esto no solo se trataba de mi angustiosa cena. Era algo más, una pesada carga sobre su espalda, amenazando por derrumbarla - ¿Te das cuenta, Mere? ¡Él debió abogar por ti! Eres nuestra mejor amiga, ¿Quién si no para defenderte? Oh, creeme que si no hubiera discutido con él, hubiese asistido a la cena y por supuesto que me habría metido. ¡Es increíble lo egoísta que se comporta!

Negué con la cabeza y posé mi mano sobre la suya en un intento por tranquilizarla -: Beca, yo no quería que lo hiciera, ¿de acuerdo? -mi tono era suave y con completa intención de sonar convincente -No intentes fingir que todo esto se trata de mi, se que estas dolida por dentro. ¿Quieres hablar?

Al principio se notó sorprendida por mi cabio de tema, hasta recelosa. La conocía lo suficiente como para saber que estaba intentado hacerse la dura a toda costa. Rebeca no era sentimental, no es de las chicas que hablan y parlotean de sus inseguridades para que las demás personas la contradigan y se compadezcan de ella. Es fuerte, pero a veces, solo a veces... hay que dejarse querer.

Y ese mensaje, también iba dirigido a mí.

Tragó pesadamente, se sintió descubierta y tenía miedo que reaccionara a la defensiva.

−No es para tanto, es solo que... -se encogió de hombros luciendo triste y apagada. -siento como si... como si Ethan y yo nos estuviésemos alejando cada vez más. Esta última pelea me dejó en claro varias cosas, una de ellas es que a él no le interesa mucho arreglarse conmigo. ¡No me llama desde ayer en la tarde!

Le hice una mueca y volví mis ojos al techo. Ahora si actuaba un tanto infantil. Quiero decir, Ethan estaba absolutamente afectado por lo que estaba sucediendo, odiaba estar mal con Rebeca y además... -El me dijo que bloqueaste su número, no puede llamarte.

SIEMPRE FUISTE TÚ / GRAYSON DOLANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora