Batalla de Asgard

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Provincia de Hubei, cercanías a la ciudad de Wuhan. Semanas atrás.

En el epicentro del gigante asiático, una ciudad qué fue ocupada por Japón durante sus campañas en Asia esta teniendo un triste desenlace. Mucho más sutil qué sus hermandades metrópolis dentro del país.

Fue una mordaz broma del destino cuando se trataba de no abrumar por las desapariciones, no por los invasores, el emperador de Jade o los socialistas, sino que de verdad la población se esfumaba, como si jamás hubiesen existido.

La ciudadela de casi 7 millones de habitantes cercana al rio Yangtzé se logró medio salvar los primeros días de la oscuridad casi total. Peor al no haber mucha luz, pues las tinieblas se canalizaron más de lo habitual, hasta los peces flotaron en el agua.

La sangre de los animales marinos lleno el agua de sabor metálico y peste, muchas personas enfermaban o tenían diarrea por las bacterias. A este paso todos se darían cuenta de la fatalidad, optando por mudarse y dejar la ciudad como un pueblo fantasma.

Las mudanzas ya eran más comunes, pues no todos tenían la capacidad de repeler a los Jiang Shi, vampiros no muertos qué caminaban por las noches y acechaban a las víctimas solitarias. Por alguna razón qué no entendían del todo, hasta los isleños tenían terror de quedarse solos, ya que incluso en un lugar alejado del continente los monstruos los seguían.

La patrullas se hicieron largas, más extensas desde que no recibieron reforzamiento qué, en teoría, se les habían prometido. Debido a la visita del primer ministro nipón, las fuerzas de elite terminaron siendo su escolta, aún cuando se contemplaba, y se había arreglado la burocracia para que los lanzarán aquí.

Creían qué al menos traerían a novatos, y ni eso, los distribuyeron hacia a otros lugares del frente qué en un, "estado ya conquistado y asegurado", si. Ya era lunes y todo ya les salía mal y apuntaba a ir a peor.

Un pelotón de 12 soldados se quedo hablando entre sí para calmar sus nervios, rezando por dentro para qué nada paranormal les pasara ¿Cómo hicieron eso?, conservando del país.

Recientemente la política de arriba ya estaba un poco agitada. Y con eso querían decir sarcásticamente a lo frágil de la unidad general. La marina de guerra y el cuerpo militar del ejército habían pasado de una inestabilidad relativa, y ocasionalmente sana, a una declaración abierta donde todos se metían la bala en el talón de su compañero y luego le tiraban la culpa por un fracasó. 

Los almirantes y comodoros abogaban por regresar a las islas mientras sus contrapartes terrestres de la milicia pedían más suministros y recortes a las flotas. Si, un caldo de cultivo en ebullición qué solo acabo cuando el teórico segundo hombre más poderoso de su nación vino hace unos días.

No se determinaron a elegir si alabar a ese cuatro ojos, condenarlo o la rancia mezcla de las 2. Aun no pensaban qué el o el emperador tuvieron algo que ver con el Escuadrón 731, racionalizándolo como una aberración falsa publicada por mentirosos.

La cháchara se detuvo al escuchar sonidos de pisadas, muy ligeras para ser de un hombre, además de inexactas para un niño perdido, un animal hambriento, las sandalias de los no muertos flotantes o la sentencia de curtidas fuerzas enemigas.

Más bien, eran los pasos suaves de una chica. Cubierta por el eclipse, la abisal penumbra y un vértigoso sepulcro. Al estar a unos 3 metros suyos, la notaron con claridad.

Una joven adulta de casi 24 años, o cuanto menos de 19, de un ordenado y lasio cabello azul, con un par de cuernos dorados y obsidiana de algún animal extraño qué podría recordar a un demonio.

La chica usaba una blanca camisa de manga intermedia que iba en conjunto con una corbata anaranjada, encima de ambas se portaba una chamarra azul marino de manga corta sin botones y unida por tirantes entrecruzados en la zona del pectoral, apenas visible, una delgada cola azul se menaba desde la espalda inferior.

Guerra Sobrenatural: DxD, Youjo Senki Y MasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora