Jeff

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Cuando salimos de la cabaña, lo primero que vi fue a Jeff caminar rápidamente hacia nosotros.

Se acercaba con pasos elegantes y delicados para un cuerpo tan grande y majestuoso, visualicé como le daba un cariñoso empujón en el hombro a Charlie.

Él solo se rió.

-Sí, sí, ya entendí amigo. ¡Diablos! Comes como un Dragón adulto para ser solo un bebé.

Me impacté por sus palabras.

-¿QUÉ? ¿Es un bebé? ¿Qué mierda? Es tan alto como un pino de invierno. No quiero imaginar como es un adulto de su especie.

Volvió a reírse y me tomó de la cintura para depositar un beso en mi nariz. Ésta ya estaba toda roja por las altas temperaturas de las montañas, pero ese beso tan inocente me hizo sentir una calidez en mi cuerpo y en mi corazón.

-Hermoso Dragón, los Dragones que cuido no siempre son tan gentiles y educados como Jeff. Él y yo hemos formado un gran vínculo porque lo he cuidado y criado desde que estaba en el cascarón.- Su sonrisa cayó poco a poco y me miró seriamente. -Pero no todos son igual de dóciles. Hay dragones, no muy lejos de aquí, que son algo difíciles, su temperamento es muy inestable y no les gusta que tantos humanos rodeen su territorio, actúa con precaución, no lo olvides ¿de acuerdo?- Ante su preocupación por mí, solo asentí.

-De acuerdo.

-Pero no todo es malo, Draco. Hay muchos lugares que quiero enseñarte, tal vez, después de la comida, pueda mostrarte los alrededores de la cabaña y si el buen tiempo nos lo permite, puedas ver la reserva especial de los pequeños Dragones. No te preocupes, son mucho más pequeño que Jeff.- Yo solo pude reírme.

-Me encantaría.

-Eres tan hermoso cuando sonríes. Me encantaría hacerte reír más.

Solo pude quedarme rojo de la vergüenza ante sus palabras.

Cuando iba a decirme otra cosa, Jeff, agitó sus alas y nos dio una pequeña ventisca que hizo tambalearnos un poco de nuestro sitio.

-Está bien, Dragón enojón. Primero comida y después mi pareja, aunque creo que ese no es el orden en que debo priorizar mis obligaciones.

Jeff hizo un gesto mezquino que claramente pude entender como un "No. Primero mi comida, luego tu humano"

Rodé los ojos con diversión.

-Será mejor que le des su comida, o podría atentar contra mi vida cuando duerma.

Charlie me sonrió y me dio un beso en mi mejilla.

-En un rato vuelvo.

Cuando lo vi alejarse, me dirigí hacia el Dragón majestuoso que tenía en frente. Con pasos lentos para que no pensara que quería lastimarlo y que viera que no estaba invadiendo su espacio, poco a poco empecé a acercarme.

-Hola amigo, sé que no tuvimos la mejor de las primeras impresiones y me disculpo por eso. Pero creo que ambos estamos atrapados para convivir con el otro. Así que ¿Qué piensas? Podemos animar asperezas.- Me dio una mirada escéptica y tuve que usar mi último recurso. -Si no lo haces por mí, que tal por Charlie, ¿No Querrás que esté triste porque nosotros no nos llevamos bien, o sí?- Ante la mención de Charlie, Jeff hizo un gesto de negación y luego inclinó su cabeza.

-Tenemos un trato, amigo.- Levanto mi mano en un gesto para acariciarlo, pero me sorprendo cuando él inclina su cabeza hacia el suelo y pone su lomo muy cerca de mi cuerpo.

Creo que quería que me subiera a su espalda.

-¿En serio? No creo que sea el momento amigo, además, Charlie podría llegar en cualquier momento.- Pero Jeff seguía insistiendo y yo moría de curiosidad por volar con él. Un recuerdo muy fugaz de Harry Potter montado en un Hipógrifo en nuestros años en Hogwart, vinieron a mi mente y no pude resistirme mucho más.

Mi Hermoso Dragón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora