Draco sabía que correr entre lo alto de las montañas, no era su mejor idea, pero él también sabía que si los Mortifagos lo atrapaban por ser un traidor, iba a recibir un Avada muy doloroso. Él sabía que ahora estaba solo.
Lo que Draco Malfoy no sabí...
Y luego otra, y luego una quinta y ya no sabía cuantas veces lo había hecho, pero mi corazón aún seguía martillando en mi pecho.
Charlie dijo que todo estaría bien y le creía, pero ahora, estando justo en la puerta de la madriguera, me di cuenta que las palabras de Charlie solo fueron para consolarme y mantenerme tranquilo.
Bueno, funcionó. Hasta ahora.
Charlie se encontraba justo a mi lado y cuando vio mi cara, me tomó mi mano y la entrelazó fuertemente, para darme seguridad.
-Todo estará bien, Dragón. Solo son personas, te has enfrentado a dragones peligrosos y has vencido a Mortifagos muy fuertes, esto será muy fácil.
Como quería decirle que los dragones y los Mortifagos ahora me parecían mil veces más fácil en este momento.
Su casa era igual a como lo describió horas atrás, acogedora y un poco desordenada. No sabía hacia dónde mirar. Había tantas cosas que mis ojos no podían quedarse en un solo lugar. Gracias a Merlín que tenía capas y capas de magia, porque de otra forma hace mucho tiempo se hubiese caído por la inestabilidad que tenía en su estructura. Me preocupaba seriamente que tantas personas vivieran en esas cuatro paredes de madera, pero suponía que muchas personas en el mundo mágico vivían así.
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Un pensamiento muy clasista llegó a mi mente y fue el hecho de que si hace 3 años me hubiesen dicho que yo estaría pasando acción de gracias en este lugar, seguro lo hubiese cruciado hasta cansarme. Me sonrojé por mi pensamiento.
Obviamente, no lo dije en voz alta. Porque en este momento estar cerca de Charlie me hacia sentir tan enamorado que este lugar me parecía encantador ahora.
Con un último suspiro, miré a Charlie y le dediqué una débil sonrisa.
-Podemos con esto.- Le dije.
-Ese es el espíritu, mi hermoso Dragón.- Charlie me besó en la boca y justo cuando iba a retirarse, escuchamos un plato romperse, muy cerca de nosotros.
A unos pocos metros de nuestra ubicación, se hayaba Molly Weasley, quien seguramente rompió el plato cuando vio como uno de sus hijos mayores se besaba con un ex Mortifago.
Me separé rápidamente de Charlie y quería alejarme aún más, pero Charlie no me lo permitió, de hecho, me acercó aún más y colocó su mano en mi cintura y empezó a caminar hacia su madre.
-Hola mamá, cuanto tiempo.- Cuando iba a abrazarla, Molly se alejó y le dio un gran golpe en la cabeza.
-Charlie Weasley, te acuerdas por fin que tienes una madre preocupada por ti en la otra punta del mundo. Niño ingrato, ya decía yo que tanto tiempo con los dragones te iba a volver un ermitaño malhumorado y te volvería aún más cabezota de lo que ya eras. Pero que son esos modales, no me presentas apropiadamente a la visita.
