Nunca pensé que yo fuera un adicto.
Pero resulta que después de conocer las maravillas del sexo, me convertí en uno.
Todos los días, durante un mes, me he dedicado a ser una pequeña mierdecilla atrevida y desesperada por Charlie.
Bueno, mejor dicho, por Charlie y su gran y perfecta polla.
Una noche me dijo que estaba tan cansado que literalmente podía montarlo y él se encargaría de solo dormir. Y eso fue lo que hice.
A la mañana siguiente, cuando apareció con moretones en su cuello, pensé que había cruzado un límite y me volví un manojo de nervios.
-Lo-lo siento cariño, prometo dejar de...
Un beso codicioso me interrumpió, enviándome a un mundo de placer y excitación. Charlie me cargó, amasando mi trasero para que nuestros miembros se presionaran de una manera exquisita, mientras subíamos por las escaleras a la habitación.
-Adoro llevar tus marcas, pero me estoy dando cuenta que no llevas ninguna mía en ti, así que en este momento vamos a rectificar eso. Además, no quiero que piensen que estás libre, Harry podría hacer su jugada.- Dijo esto último con burla.
Le di una mirada sarcástica. Ambos sabíamos que eso no iba a ocurrir. Charlie se quedó con la boca abierta cuando, hace una semana, nos enteramos por su hermano, Ron, que Harry y Severus eran pareja. Juro que mientras el idiot...digo, Ron, estaba contando esa gran noticia sus mejillas estaban rojas de furia. Francamente no me sorprendió, y menos cuando en el último mes Harry me enviaba miles y miles de cartas preguntando que le gustaba a mi padrino y como podía hacer una poción perfecta sin arruinarlo para que Severus se quedara impresionado.
Estaba muy claro que esos dos estarían juntos después que Harry le gritó a la profesora Liliath, en un juego donde estabamos todos reunidos, que dejara de hacerle ojitos lindos a su hombre y mi padrino no negó tal afirmación.
Lo único que dijo fue:
-Típico de un Griffindor, no ser paciente en lo absoluto.
Luego de eso, lo besó.
Ese día juré que más de un Slytherin y Griffindor se desmayaron de la impresión.
Un gemido se escapó de mis labios. Charlie estaba mordisqueando mi cuello.
-¿En qué piensas? Si no estás pensando en mi polla en tu agujero entonces no estoy haciendo un buen trabajo.- Decía y luego me arrojó suavemente en la cama.
-Aahh, mmm.- Volví a gemir. -Mi gran guerrero. Debes hacerme olvidar todo, menos tu suave toque y tu polla.
-Creo que solo me quieres por ella.
-Es perfecta.- Confirmé sonriendo.
-Es aún más perfecta cuando estoy dentro de ti.
-¿Y por qué te estás tardando tanto?
Justo cuando Charlie se acercó a mí, un horrible dolor inundó mi estómago y me obligó a retirarme de nuestro juego previo para correr al baño.
Luego de haber vomitado mi comida salí y me encontré con la cara de un hermoso pelorrojo muy preocupado.
-Dragón, ¿Qué sucede? No me dijiste que estabas enfermo.
-Estoy bien cariño no te preocu...- Justo antes de terminar mis frase unas nuevas náuseas me invadieron, obligándome a volver a lo que sería mi nuevo lugar favorito por los próximos dos días.
Charlie estaba sumamente preocupado. Se la pasaba conmigo día y noche, había dicho en su trabajo que se tomaría una semana de los muchos días que se le tenían y cuando dije que no era necesario, él solo me miró seriamente y dijo.
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Mi Hermoso Dragón
FanfictionDraco sabía que correr entre lo alto de las montañas, no era su mejor idea, pero él también sabía que si los Mortifagos lo atrapaban por ser un traidor, iba a recibir un Avada muy doloroso. Él sabía que ahora estaba solo. Lo que Draco Malfoy no sabí...