☆ Until our next life ☆ {Seo Changbin y tú}

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<< CHANGBIN >>

Tuvimos que adelantar nuestro plan debido al arreglo que hizo Alice. Pero afortunadamente, ese detalle no nos perjudicó.

Justo ahora estamos reunidos con los chicos en nuestro hogar aclarando algunas cosas antes de salir y dar inicio a nuestro plan.

Mientras repasabamos este, Alice se mantuvo en silencio, pensativa. Por lo que, instintivamente, me acerqué a ella y rodee su cintura con mi brazo para besar fugazmente su mejilla.

En mi interior estoy experimentando un sin fin de emociones y sensaciones que no me permitieron descansar correctamente. La situación gira alrededor de mi esposa, esto definitivamente captura toda mi preocupación.

Solo quiero esconderla a ella y a Haerin, de todos los males de este planeta. Y que nunca experimenten el dolor y sufrimiento, por más humanos que sean estos.

—Si estamos claros con todo, creo que ya es momento de iniciar. Ya casi es la hora en la que quedaron Alice y el sasaeng— anuncia Christopher poniéndose de pie luego de darle un vistazo a su reloj.

—De acuerdo— responde Alice con un tono firme.

—Aquí están las llaves del auto— se las extiendo al salir de la casa. Los demás ya se encontraban en sus correspondientes autos en espera de nosotros— Todo saldrá bien, solo sigue el plan. Te amo.

Quiero darle palabras de animo para asegurarle que tenemos todas las de ganar. Y también, para recordarle que estoy de su lado.

—Te amo— afirma tomando las llaves y besando fugazmente mis labios antes de ingresar la auto.

Veo como se marcha, y rápidamente me dirijo hacia el auto de Christopher. Esperamos unos minutos y luego salimos hacia el punto de encuentro que estipulamos con las chicas.

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<< ALICE >>

Decir que no me estoy muriendo de los nervios, es una completa mentira. Porqué aquí estoy, lista para ingresar al restaurante que eligió.

En el interior habían algunas parejas y familias. No está completamente lleno como suele estar en estos días de la semana.

—Señorita Seo, por favor sigame. Su socio la espera— indica amablemente una camarera, ajena a lo que sucede en realidad, y al instante siento como todo dentro de mi da un giro.

Mis manos comenzaron a sudar, y con cada paso que doy siento como me arrojan desde los cielos baldes de agua fría.

Ella se detiene enfrente de una sala privada para proceder a rodar la puerta corrediza y otorgándome el paso educadamente.

—Cuando estén listos para pedir, solo pulsen el botón y vendré enseguida a atenderlos— anuncia y hago una inclinación agradecida para verla retirarse.

—Hasta que por fin veo en persona tu rostro— comento acercándome hacia la mesa y tomando asiento enfrente suyo.

Es joven, de mi edad diría yo. Pero en este país uno no puede adivinar las edades por los rostros. Uno de 50, puede verse fácilmente de 30.

—Coloca tu celular sobre la mesa— ordena colocando el suyo y luego hace una señal para que obedeciera. Sin cuestionar, lo hago. Este celular es uno que utiliza Haerin para jugar. Claramente no dejaré el mio.

—Creo que para este punto, puedes llamarme Nicolás— se presenta extendiendo su mano hacia mi. ¿Será su nombre real?— Te estoy siendo sincero, me llamo Nicolás. Mi madre es estadounidense, como tú— explica y lo cuestiono con la mirada para estrechar nuestras manos y quitarla en cuanto tuve la oportunidad.