☕┊Capítulo 10

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Toda la casa rebosaba de felicidad,
era la primera vez que verían al
bebé.

Jimin se encontraba entre
las piernas de su, aún muy
dormido, omega. Pasaba su nariz
suavemente por la piel que poco
a poco empezaba a estirarse,
sintiendo ahí la concentración del
dulce aroma de su cachorro.

-Sé que no puedes escucharme
todavía pero de igual forma
quiero hablar contigo -susurró
intentando no molestar a su bonito
omega que se removía levemente
entre las sábanas- todos te
esperamos con tantas ansias, vas a
ser el cachorro más consentido de
la historia... tus hermanos ya están
peleando por si querrás ir a clases
de ballet o fútbol, o si preferirás
pintar como tu hermano Jihyun o
jugar videojuegos como Jiyeon. Te
amamos tanto, cachorro…

Jimin siguió depositando besos en
toda la extensión con pequeños
gruñidos vibrando en su pecho.
El vientre de Kook todavía no era
tan perceptible pero él no podía
esperar para que en un par de
meses estuviera del tamaño de una
sandía.

Recuerda como su omega lucía
como un patito en sus otros
embarazos, más notorio todavía
con el de los mellizos. Le costaba
demasiado caminar los últimos
tramos de gestación y le gritaba
infinidad de veces por sus pies
hinchados, para luego pedirle
perdón con pequeñas lágrimas y
muchos besos.

-Hoy iremos a verte por primera
vez, toda la familia se apuntó -dijo
en medio de risas- como te dije,
están muy entusiasmados.

Sintió unas traviesas manos en su
cabello y al levantar la vista, Jungkook
ya lo estaba observando fijamente,
con esos ojos celestes que hacían
que cediera a cada cosa que se le
era pedida.

-Buenos días, omega-subió
hasta estar frente a él y dejó
un beso en sus labios.

-Buenos días-Kook se desperezó
mientras acariciaba su vientre-
¿qué hacías?

-Estaba hablando con el cachorro.

-¿Ah, sí? ¿Y de que hablaban?-
inquirió juguetón.

-No puedo decirte, omega, era una
conversación privada entre padre y
bebé.

Jungkook besó risueño los labios de
Jimin antes de despabilarse mejor.
Debían apurarse si querían llegar a
tiempo con el obstetra.

Jaemin y Jihyun ya aguardaban por
ellos en la cocina con el desayuno
listo. El aroma a felicidad llenaba
a la habitación dejando en claro
los sentimientos de los mellizos.
Jiyeon bajó desprendiendo el
mismo aroma que sus hermanos,
besó la mejilla de su madre
antes de sentarse junto a él para
desayunar.

-Estoy tan emocionado de ver
al marcianito -chilló Jaemin con
medio bocado de huevo en la boca.

-¿Marcianito?-preguntó su
hermano con una mueca de
asco en su rostro.

-Así decidí apodarlo hasta que
elijamos su nombre.

Jungkook veía la discusión de sus
hijos con una sonrisa en el rostro
mientras acariciaba lentamente
su pequeño vientre, totalmente
orgulloso del excelente trabajo que
habían hecho junto a su esposo y
que hoy en día se reflejaba en tres
hermosos seres humanos.

Se encaminaron a la clínica privada
del obstetra que llevaría el nuevo
embarazo. Todos cantaban al
ritmo de alguna de las canciones
favoritas de Jungkook mientras el
omega apretaba nervioso la mano
de su alfa.

Un alfa de gran porte, pelirrojo y de
brillantes ojos verdes, aguardaba
por ellos en uno de los tantos
consultorios constituyentes. Ese
hombre se había encargado de
llevar los demás embarazos de la
pareja, convirtiéndose en buen
amigo.

¿se agranda la familia? 𓍢 ִֶָ  jikook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora