☕┊Capítulo Final

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7 años después…

-Jangmi, mi amor, apúrate o
llegarás tarde -Jungkook llamó a su
hija mientras revolvía algo en una
sartén.

Una niña de largas trenzas castañas
y enormes ojos verdes llegó
sonriente a su lado.

-¡Mira, mamá! se me cayó un
diente -Jangmi pasaba la punta
de su lengua por un agujerito.

-¡Que bueno! debemos dejarlo
debajo de la almohada para que
el ratoncito de los dientes te traiga
dinero.

Jangmi rio en alto antes de
sentarse en uno de los lugares de la
isla. Jimin llegó acomodándose la
camisa, besó la frente de su omega
y se sentó al lado de su hija.

-¿Terminaste tu discurso, bebé?-
Jimin inquirió mientras bebía un
sorbo de su café.

-Sí, papi. Es el mejor discurso de
todos.

-No lo dudo, ten por seguro que
estaremos ahí para oírte.

La cosa estaba en que la pequeña
Jangmi, de ahora 8 años,
ya estaba en segundo grado
de primaria y tenía una tarea
sumamente importante, debía
escribir sobre su familia para
leerlo en un acto escolar. Sus
hermanos quisieron ayudarla pero
ella se negó, quería que fuera una
sorpresa.

-Despídete de mamá, bebé.

-¡Adiós, mami! nos vemos en un
rato -Jungkook se agachó para
que su hija besara su mejilla.

-Adiós, cachorrita. Nos vemos en
el acto.

-Nos vemos luego, mi amor-
Jimin besó sus labios por varios
segundos y se retiró con una
sonrisa.

-Que tengan un bonito día, los
alcanzó en la escuela.

Padre e hija se fueron de la mano
y Jungkook se quedó solo. Mientras
ordenaba todo lo que habían
utilizado en el desayuno le llegó
una nostalgia repentina. Sus
hijos mayores se habían ido
de la casa hace tiempo. Jihyun
había encontrado un bonito
departamento en el centro de
Seul y viajaba con frecuencia a
diferentes partes del mundo para
exponer sus obras.

Por otro lado, Jaemin se había ido
a vivir con Minjoon a una espaciosa
casa un tanto alejada de la ciudad.
Hace tiempo que el alfa había sido
introducido a la familia y la verdad
era que a todos le había parecido
muy dulce. Estaban hablando
de enlazarse pronto pero Jaemin
primero quería obtener un poco
más de reconocimiento como
abogado antes. Se amaban y eso
era lo importante.

Jiyeon continuaba estudiando su
especialización en neurocirugía. Se
había graduado con honores de la
universidad haciendo a sus padres
llorar de orgullo. No había vuelto a
presentar a ninguna pareja pero asi
estaba bien, quería concentrarse en
sus estudios y trabajo.

Todos sus cachorritos habían
triunfado y Jungkook era el más
feliz de todos, aunque en el fondo
extrañaba tenerlos en casa
correteando y gritando. Ahora
solo estaba Jangmi, quien se
encargaba de que sus hermanos
cumplieran cada uno de sus
caprichos a toda hora y satisfacer
los enojos diarios que sus padres
antes lidiaban con los tres
cachorros mayores.

Se apuró a bañarse y cambiarse
para después tomar las llaves del
auto y conducir hasta la escuela
de Jangmi. Demasiados padres
aguardaban en la puerta para
ingresar y el lobo de Jungkook se
llenó de orgullo al saber que su niña
había sido la seleccionada para leer
su discurso en frente de todos ellos.

-¡Pequeño! -Jimin llegó con sus
rizos desordenados por el viento. Le
sonrió antes de tomar su cintura y
besar castamente sus labios.

-Alfa, ¿los niños ya llegaron? -
inquirió.

¿se agranda la familia? 𓍢 ִֶָ  jikook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora