☕┊Capítulo 05

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Hace un tiempo que Jungkook venía
con malestares, para ser específicos
alrededor de un mes.

El cumpleaños número 17 de los
mellizos se acercaba por lo que
atribuyó su perdida de energía a la
organización de la celebración que
se llevaría acabo. Además de que su
omega últimamente lo confundía
más de lo normal, por momentos
melancólicos y por otros dichoso.

Jimin preparaba el desayuno,
tostadas a la francesa con té, con
toda la familia a la espera en la
mesa principal. Tomó asiento a
un lado de Jiyeon mientras esta
parecía completar una tarea de
último minuto.

Su alfa dejo el plato en el centro
de la mesa y la batalla campal de
todas las mañanas inició. Jaemin
y Jiyeon se lanzaron sobre la
comida mientras Jihyun esperaba
tranquilamente para intervenir.

-Ten, amor-Una porción junto a
una taza fue depositada delante de
él.

Agradeciendo llevó uno trozo a sus
labios. El aroma de la miel hizo que
algo se revolviera en su interior.
Ambas manos fueron a parar a
su boca creando una especie de
barrera pero la bilis subía con
rapidez. No le quedó otra opción
más que levantarse de repente y
correr al baño de la planta baja.

La batalla se vio interrumpida por
el fuerte portazo y las posteriores
arcadas.

-¿Qué le sucede a mamá? -
preguntó Jaemin con medio bocado
de tostada aún siendo masticado.

-No lo sé, supongo que es
el estrés... -murmuró Jimin
preocupado- y no hables con la
boca llena, cachorro.

El omega sonrió inocente cuando
terminó de tragar y sorbió de su
té. Jimin continúo pensativo,
hace tiempo que veía a su esposo
mal pero no le tomó mayor
importancia, suponiendo que el
trabajo y planeamiento de la fiesta
de sus hijos eran los causantes de
sus males. En este tipo de situaciones
le gustaría encerrar a Jungkook en
una bolita de cristal y solo dedicarse
a admirarlo y consentirle, odiaba
ver a su omega llenándose de
cosas que luego le generaban una
mayor carga de ansiedad que de
satisfacción.

Jihyun, a su vez, se observaba con
su hermana como si estuvieran
teniendo un intercambio telepático.
Intuían algo pero no querían
revolver las aguas hasta estar
seguros.

-Iré a ver a su madre.

Jimin siguió la dirección en la que
Jungkook había desaparecido
minutos atrás. El fuerte sonido de las
arcadas lo recibieron y en medio de
una mueca, llamó a la puerta.

-Amor, voy a entrar -sin esperar
respuesta ingresó al reducido
espacio.

Su bonito omega estaba de
rodillas en el suelo rodeando el
escusado con su normalmente
bronceada piel ahora en un
tono pálido y grandes lágrimas
resbalando por sus mejillas.

-Oh, pequeño… -se hincó a su
lado para luego pasar su manos
cubiertas en anillos por la espalda encorvada en un vil intento de calma.

-Ya no quiero, alfa... -lloriqueó
interrumpido por una nueva
arcada.

-No te resistas, déjalo salir todo.

Continuaron en el mismo proceso
por unos minutos, con Jimin
susurrando palabras bonitas en su
oído y liberando feromonas en el
proceso. Podía sentir el lazo tirante
por el malestar de su esposo,
haciendo que su alfa se inquiete
por no poder ayudarlo.

Jungkook se puso de pie y enjuagó
su boca en el lavabo. Se aferró a su
pecho como si su vida dependiera
de ello mientras Jimin lo marcaba
con su aroma y dejaba pequeñas
lamidas sobre la marca en su
cuello. Y si Jimin sintió pequeñas
notas dulzonas en el aroma a
lavanda del omega, prefirió no
hacer comentario alguno.

¿se agranda la familia? 𓍢 ִֶָ  jikook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora