Decisiones en el Gimnasio

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Horas más tarde, en el gimnasio del colegio

Era el día de las inscripciones y las primeras reuniones de las academias extracurriculares, por lo que todos estaban muy emocionados. Vicky se encaminó hacia el gimnasio, ansiosa por ver a las porristas y al equipo de gimnasia. Aunque tenía la inquietud de unirse a alguna academia, aún no estaba segura. Dudaba si sería capaz de lidiar con la presión que conlleva ser una estudiante, una Arcane Maiden y, además, una gimnasta. Lo que le frustraba era no poder encontrar suficiente tiempo para dedicarse a todas estas actividades.

Sentada en las gradas, observaba a las porristas, en particular a Rachel. Su agilidad y gracia eran notables, y muchas chicas se sentían intimidadas por su presencia. Cuando Rachel se ubicaba en el centro y arreglaba su largo perfectamente liso, las demás chicas preferían ceder su lugar, conscientes de que no podrían competir con ella,

Michael llegó con su bolso y vistiendo su camiseta y pantalones de basquetbol, y se sentó junto a Vicky.

—¿Aún no te decides a entrar?

—Me gustaría, pero debo enfocarme en los estudios, mis notas van de mal en peor, además, están mis deberes como Arcane Maiden, no me queda tiempo para nada.

—¡Anímate! Yo voy a ver qué tal están las cosas en el equipo de basquetbol.

—Suerte, con eso. Yo iré a una de mis "interesantes" reuniones con Harker. – Señaló Vicky con ironía en su voz.

—Me quedaré entrenando un poco más después de que haya terminado con el equipo. Si quieres, puedo esperarte.

—Está bien. Veré qué me dice Harker, y tal vez me puedas acompañar en mi ronda.

Michael se dirigió a entrenar con el equipo de basquetbol. A pesar de su gusto por el deporte, no se sentía cómodo; no buscaba competencia, solo entrenar y divertirse. Al otro lado, vio a Chuck Flynn, y sus compinches, murmurando y riendo, siempre buscando la forma de molestar a alguien. Los tres le dieron una mirada desafiante y cargada de rabia, Michael se las devolvió pensando para sí mismo: «cuando quieran...».

Con el pasar de las horas tanto los jugadores de basquetbol como las porristas comenzaron a irse, hasta que la escuela quedó casi vacía. Brandon y Claire, pasaron por el gimnasio y vieron a Michael entrenando solo.

—¡Oye, Michael! Nosotros nos vamos. ¿Vienes con nosotros? —preguntó Brandon.

—Voy a esperar a Vicky, ¿ustedes no se quedarán un rato más?

—Me encantaría, pero mis papás estarán en casa hoy, y me pidieron que llegase temprano, parece que cenaremos fuera, —contestó Claire.

—Yo tampoco puedo, tengo tarea pendiente; pero si me desocupo temprano y me necesitan, me pueden avisar. —Añadió Brandon.

—¡No hay problema, nos vemos luego!

Brandon y Claire abandonaron el colegio. Michael quedó completamente sólo en el gimnasio, haciendo un par más de tiros en suspensión.

—Vicky debe estar por salir de su reunión, es mejor que me vaya a arreglar —se dijo a sí mismo Michael, dirigiéndose a las duchas. Por un breve instante, tuvo la sensación de ser observado, pero al voltear a ver no había nadie más.


EL SECUESTRO DE MICHAELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora