Rachel Desvela Pistas: Una Sospecha en el Aire

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Brandon, Vicky y Claire llegaron temprano al colegio, sus rostros mostraban una preocupación que no se podía ocultar. Ninguno tenía noticias de Michael, y la incertidumbre los atormentaba. En medio del bullicio de estudiantes y profesores, Gabriel Saint llegó al colegio acompañado por un par de oficiales, su presencia imponente no pasaba desapercibida. Llevaron a cabo una investigación sobre el paradero de su hijo.

Con nerviosismo y timidez, los hermanos Hans y Gretchen Greene se acercaron a Gabriel buscando su atención. Querían contarle sobre la pelea que habían presenciado entre Chuck Flynn y Michael la tarde anterior. Les preocupaba que Chuck, quien tenía fama de tener un temperamento explosivo, hubiese buscado vengarse de Michael. Mientras tanto, Arthur Simmons, actuaba con calma, como si nada raro estuviera ocurriendo a su alrededor. Sus ojos curiosos y oídos agudos se enfocaban en la conversación entre Gabriel y los hermanos Greene, tratando de escuchar cualquier detalle relevante.

Los agentes de policía que acompañaban a Gabriel hicieron un descubrimiento inquietante: encontraron un envase de bebida sin abrir tirado cerca de la máquina de expendio y había evidentes signos de lucha en el pasillo. La situación se volvía cada vez más desconcertante. Decidieron llevarse a Chuck Flynn y a sus amigos para interrogarlos, buscando pistas que los condujeran al paradero de Michael.

Vicky, Brandon y Claire se encontraban profundamente preocupados. Conocían a Chuck y, a pesar de sus problemas de temperamento, no creían que fuera capaz de cometer algo tan grave. Además, sabían que no era rival para Michael en una pelea. En ese momento, tomaron una decisión: buscarían la ayuda de Rachel quien, con sus habilidades de adivinación, podría aportar en la búsqueda. Durante el recreo, Rachel se unió a Vicky y sus amigos en la oficina de Harker, Todos confiaban en que ella podría ser la clave para encontrar a Michael.

—No es que esté en mi lista de mejores amigos, pero tampoco quiero que nada malo le ocurra, así es que empecemos esto cuanto antes. Por favor, necesito que todos guarden silencio.

Rachel sacó de su cartera una pequeña caja envuelta en un pañuelo morado y dispuso un sencillo altar con velas blancas, una amatista y un vaso de agua. Después, se arrodilló, extrajo una baraja de cartas y comenzó a mezclarlas en un estado de relajación. Cuando Rachel cerró los ojos y se concentró, un aura comenzó a irradiar de su cuerpo. Las cartas, al extenderse, formaron un círculo brillante alrededor de ella. Tres cartas se destacaron: El Ermitaño, El Colgado y El Diablo. Rachel se concentró en ellas mientras su mente se llenaba de imágenes intermitentes y destellos. Tras un momento de silencio, señaló: —creo que he encontrado algo.

Una visión la asaltó, dejándola perpleja y llena de angustia. En ese momento, pudo sentir a Michael. Lo percibía impotente, aturdido y sumido en el miedo, como si estuviera prisionero en algún lugar oscuro y sucio, parecido a una bodega abandonada. Lo que más la desconcertaba era la presencia de una figura perturbada y llena de emociones contradictorias.

Brandon, preocupado por la descripción, advirtió con urgencia:

—No parece coincidir con la personalidad de alguien como Chuck.

En ese preciso momento, Claire sintió un apretón en el pecho que le hizo exclamar con un tono de voz tenso: —tengo un sospechoso.

EL SECUESTRO DE MICHAELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora