COMPAÑEROS (LS AP)

CAPÍTULO 10

Juntos, los dos cayeron de nuevo en la cama con Harry encima. No perdió el tiempo en dejar un rastro de besos lentamente por el cuerpo de Louis. Su pálido pecho se sonrojó de un rosado sutil, y sus pezones eran dos protuberancias duras que pedían ser lamidas.

Él siseó de placer cuando el shifter leopardo giró su lengua alrededor de uno de sus pezones mientras sus dedos pellizcaban suavemente el otro, sintiendo como si le hubieran dado un regalo. Cada suspiro y gemido le hacían doler.

Algún día, pasaría una hora entera solo en aquellos pezones, si Louis dejaba que hubiera una próxima vez.

Harry levantó la vista hacia él, observó la forma en que sus ojos se oscurecían de azul a casi negro mientras él colocaba suaves besos cada vez más abajo, desde su pecho hasta su estómago, hasta que estuvo a la altura de la entrepierna.

El miembro era largo y delgado. Estaba enrojecido y curvado suavemente hacia arriba, tocando el vientre de Louis.

—Harry... —dijo él, su palabra salió como un susurro.

Eso no ayudaría. Él iba a necesitar que la súplica fuera mucho más fuerte que eso.

Con una sonrisa maliciosa, le guiñó un ojo a su compañero antes de bajar lentamente la cabeza y lamer la punta de la cabeza del miembro. El sabor estalló en su lengua. Louis gimió, desesperado por más. Él abrió aún más la boca y se introdujo la erección, amando cómo de sedoso y caliente se sentía en su boca.

Él era bueno en eso, no solo porque tenía mucha práctica, sino porque le encantaba. Le encantaba tener tanto poder sobre el placer que experimentaban sus amantes.

Pero el miembro de Louis era otra cosa, con él quería pasar una hora jugando, acercándolo al borde, luego deteniéndose hasta que se calmara y llevándolo a la cima nuevamente.

No podría haber tomado esto más lento si lo hubiera intentado en este momento. Había esperado tanto por él, y ambos estaban tan agobiados por la adrenalina de la noche.

—¡Joder, Harry!, —gritó Louis mientras éste le pasaba la yema de los dedos sobre sus testículos y por los pliegues de su trasero.

Harry lamió a lo largo de la erección y besó a su alrededor, amando los sonidos que salían de la boca del shifter zorro.

—¡Oh Dios, Oh Dios!, —gritó aún más fuerte Louis, con su cuerpo haciendo una bella reverencia.

Él sacó el miembro lentamente de su boca con un pop húmedo y le dio un beso en la parte interna de su muslo.

—Quiero hacerte el amor, —le dijo, su voz era la de un hombre desesperado. —Por favor di que puedo.

—Dios, sí —contestó él, ya girándose sobre su estómago. —¿Tienes lubricante y condones?

Harry se rio y se levantó de la cama para buscar los artículos de su bolsa de aseo.

—Siempre preparado, ese es mi lema.

Quería sugerir que no necesitaban el condón porque eran shifters y no podían contraer ninguna enfermedad humana, pero también sabía que facilitaría la limpieza. Eso era otra cosa que él esperaba poder hacer algún día, marcar desde su interior a Louis, llenarlo con su semilla.

—¿Te sientes más cómodo en esa posición? —le preguntó Harry. Quería que su compañero estuviera relajado, y quería follarlo en la posición que prefiriera, pero también quería mirarlo a los ojos.

—Ha sido un largo tiempo para mí, —le dijo Louis, mirándolo por encima del hombro. —Pensé que sería más fácil así.

Harry cubrió su espalda, arrastrando una línea de besos a lo largo de sus omóplatos. Mordió el camino por la espina dorsal hasta que estuvo cara a cara con el trasero más redondo que iba a tener el placer de follar.