CAPÍTULO 13

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—¿Estás bien? —preguntó Harry, robando una mirada de Louis mientras se dirigían a la casa de seguridad.

Afortunadamente, el viaje no había sido largo, ya que la parte trasera estaba demasiado llena, lo que obligó a apretarse a las personas que acababan de liberar.

—Estoy bien, —le dijo él.

Harry estaba impresionado por la forma en que el shifter zorro no había perdido la paciencia con él. Esta no era la primera vez que hacía esa pregunta durante el viaje. Sabía que era una mentira, pero el agente Tomlinson era un mentiroso lo suficientemente bueno como para mantenerse tranquilo al decirlo.

Decidió dejarlo pasar por ahora. Sabía por experiencia que a veces era mejor procesar las cosas en tu propia cabeza antes de hablar de ello con los demás.

La casa de seguridad que Niall les había conseguido y ante la que ahora se habían detenido no era una casa en absoluto. Era un almacén que parecía abandonado. Había ventanas rotas y grietas en la fachada. Parecía deprimente y más una prisión, tanto como el lugar del que acababan de liberar a todas estas personas.

De pie, afuera, listos para encontrarse con ellos, había cuatro hombres. Cuatro hombres que no podrían verse más diferentes entre sí si lo intentaran.

Había un hombre blanco y robusto cuya postura gritaba militar; dos hombres altos, uno blanco y otro moreno de pelo negro con rasgos característicos que tenían la confianza de agentes secretos; y otro hombre blanco, que parecía completamente poco amenazador, pero que claramente tenía el mayor poder.

El agente Styles bajó de la camioneta y fue a saludarlos mientras Louis abría la parte de atrás, dejando que todos salieran.

—Harry Styles, —dijo, extendiendo su mano al hombre más cercano a él.

Recibió una amable sonrisa y un apretón de manos.

— Michael Clifford. Estos son mis compañeros, Luke, Ashton y Calum,

—Es un placer conocerlos, —les dijo, estrechando cada una de sus manos. —el agente horan te llamó, ¿verdad?

—Lo hizo, —contestó Luke, a un costado. —Él y yo solíamos trabajar para las mismas personas.

Todos eran obviamente australianos, aunque Luke tenía un acento similar al suyo, era el ocasional toque británico de alguien que había vivido allí durante mucho tiempo.

—Esa pobre gente, —dijo Michael, ya avanzaba para dirigirse a ellos mientras, uno por uno, salieron de la camioneta, parpadeando ante la luz del sol de la mañana. —Están a salvo ahora. Vamos a cuidar de ustedes.

—Tenemos ropa y mantas adentro, —habló Michael. El hombre era grande y tenía el olor distintivo de un shifter oso. Se agachó, sin duda tratando de parecer menos imponente.

El agente Styles no podía entender qué eran Calum y Luke, pero Ashton era definitivamente un shifter leopardo, como él. Los dos hombres se miraron con aprecio.

Todos se abrieron paso dentro del almacén. No era menos sombrío por dentro, pero había sofás y camas limpias dispuestas. También había una ducha funcional en el segundo nivel, según Michael.

Mientras sus nuevos amigos se aseguraban de que todos tuvieran ropa y comida, Harry volvió a la camioneta para traer todo su equipo.

—¿Necesitas ayuda? —Preguntó Calum mientras lo seguía de regreso.

Él asintió señalando al hombre inconsciente que había atado en la trasera.

—Puedes traerlo si quieres.

Calum miró de Harry al guardia y se encogió de hombros antes de levantarlo por encima del hombro.

—¿Quién es él? —preguntó mientras lo seguía de vuelta al interior.

—No es un buen hombre, —respondió él.

Luke los recibió en la puerta y tomó la maleta de Harry.

—Puedes quedarte en la oficina del guardia que cuida este edificio si quieres, —le dijo. —Está en el nivel de arriba. Te dará algo de privacidad.

—Gracias, —dijo mirando a todas las personas que habían salvado esta noche. Estaban muy lejos de estar bien, pero al menos ahora estaban a salvo. Se había salido del protocolo de la misión como muchas veces antes. A veces no se podía evitar. La vida era así de impredecible, y había tenido que cambiar su curso sobre la marcha. Aunque esto se sentía diferente. Habían ido a propósito contra las órdenes del director James.

—¿Qué quieres que haga con esto? —Preguntó Calum, indicando al guardia.

—Ashton, ¿quieres preguntarle cuando se despierte? ¿Por los viejos tiempos? —Preguntó Luke.

Ashton sonrió y miró al guardia con curiosidad.

—Sería un placer para mí. Ha sido un largo tiempo.

El agente Styles iba a dejar su material al lugar que le asignaron, pero se detuvo.

—Por curiosidad, ¿cómo exactamente conoces a Niall? — le preguntó a Luke.

Él ya había escuchado la historia del agente Horan, pero quería asegurarse de que coincidieran. Harry respetaba a Niall, y confiaba en él tanto como podía confiar en cualquiera, pero el shifter ave era resbaladizo y era mucho más peligroso de lo que él decía ser.

Luke sonrió ante la pregunta.

—Trabajamos juntos para el Consejo de los Shifter durante algunos años. Sacó mi culo del fuego muchas veces. No he sabido nada de él desde que me fui, hasta esta noche. Lo que hace que sea un poco extraño que él supiera que estaba en Praga.

Harry solo negó con la cabeza, las comisuras de su boca levantándose.

—Extraño, ciertamente, pero no me preocuparía por eso. Cuando personas como Niall o Louis deciden que vale la pena preocuparse por ti, que vale la pena mantenerte seguro, simplemente te siguen el rastro, es difícil para ellos detenerse. No me sorprendería si el agente Horan vigila a todos los ex agentes con los que ha trabajado.

Notó la forma en que la expresión de Luke se volvió cariñosa.

—Probablemente sea igual de extraño, pero en realidad lo encuentro reconfortante.

Observó cómo Louis se movía alrededor de las camas improvisadas, ayudando a Michael a repartir ropa, comida y mantas. Tenía una tablet en la mano, tomando detalles de las personas, sobre quiénes eran y qué les había sucedido.

Como si supiera que estaba siendo observado, levantó la vista y se encontró con la mirada de Harry.

El arrebato de sentimientos que sintió el shifter leopardo le quitó el aliento. Siempre había sabido que tenía sentimientos por el agente Tomlinson, siempre supo que había algo entre ellos, pero no había creído que pudiera enamorarse de nuevo, sin considerar lo completamente roto que estaba después de la última vez.

Apartó la mirada, preocupado de no poder evitar ir hacia él y besarlo ahí mismo.

—¿Cuál es el camino a las duchas? —preguntó, repentinamente muy consciente de toda la sangre que tenía sobre él. Algo de eso era suyo, pero la mayor parte no lo era.

Era un recordatorio aleccionador de la vida que llevaba, la vida a la que Louis había entrado.

COMPAÑEROS (LS AP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora