Capítulo 20

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ENTRAMOS EN LA RECTA FINAL

Instagram: josearroyo.p

BEA

El día de ayer fue increíble. Siempre que paso pequeños momentos con Jaden a escondidas, siempre acabo con una sonrisa y durmiendo como una reina entre algodones de azúcar.

Vuelvo a poner el papel sobre el escritorio y vuelvo a comerme la cabeza sobre si ir o no. Quiero cerrar el capítulo de mi pasado, pero tengo miedo de que no me quieran y de que me echen la culpa de la muerte de mi abuela. Sé que yo no la conocía, pero el día de su muerte estaba destrozada por no poder verme.

—¿Otra vez pensando, pitufina? —preguntó Jaden, quién entró con Estrella en sus brazos. Estos dos son como Tom y Jerry; un día se odian y al otro se ayudan en todo. Me tienen loca.

Volví la vista al papel y me evadí de todo el exterior. Mi cabeza empezaba a doler de tanto fijar mi vista en esa pequeña letra y por el agobio de no saber cómo me tratarán si me llegan a ver.

—¿Por qué no vas? —preguntó mi novio, acercándose para darme un pequeño beso en la mejilla.

—¿Qué pasará si no les caigo bien? —pregunté nerviosa y preocupada—. ¿Qué pasará si me echan la culpa de la muerte de mi abuela? ¿Qué pasará si me tratan mal?

—No va a pasar nada de eso —respondió él sentándose a mi lado, mientras cogía el papel y se lo guardaba en el bolsillo—. Tu tía te va a querer porque eras una gran alegría para la vida de su madre.

—¿Tú crees? —Solté indecisa. Ahora que lo dice, mi abuela siempre intentaba escabullirse para verme a escondidas.

—Tu abuela nunca pudo cruzar una sola palabra contigo —comentó sonriendo—, ¿por qué no hacerlo ahora con la familia?

—Pero mi abuela ya no está...

—Por eso, hazlo por ella —declaró cogiéndome las manos, sintiendo como me temblaban—. Seguro que a tu tía le ayuda mucho ver a esa persona que su abuela siempre quiso ver y hablar, y nunca pudo.

Lo pensé mirando sus ojos café. No entiendo cómo he pasado de no importarle una mierda a nadie, a tener varias personas preocupadas por mí; sobre todo él, mi pijo romántico.

—¿Estás seguro de que me van a aceptar en la familia? —pregunté algo esperanzada, mientras miraba hacia varios lados por los nervios.

—Sí, estoy seguro —aseguró él sonriendo, provocando que mis ojos volvieran a fijarse en los suyos—. Y si no, baila una rumba flamenca; verás como se animan.

Una sonrisa se dibujó en mi rostro tras escuchar semejante respuesta. Jaden tiene ese poder, puede hacerme reír hasta en la situación más delicada. Yo creo que él es la típica persona que no dejará de hacerme reír hasta en el momento menos oportuno.

Me levanté de la silla, decidida a conocer más allá de mi origen. No puedo seguir esperando como una auténtica desquiciada a que mi tía descubra dónde me encuentro y me de un abrazo. Tendré que afrontar la realidad como siempre he tenido que hacer. No vale rendirse.

Miré a Jaden, dando a entender de que estaba lista para salir a la calle y enfrentarme a la verdad. Estaba harta de estar escondiéndome a cada instante y por cada situación.

Jaden asintió con la cabeza, orgulloso de mi decisión. Él siempre está orgulloso de todo lo que hago. Es como si me empujara a dar un paso en ese puente de madera al que todo el mundo le tiene miedo; siendo él el que repara el puente a cada paso, para que no caiga.

Todas tus lágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora