Un nuevo mundo, la historia de un shinobi perdido

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Día cuatro... está bien, debo confesar que algo REALMENTE extraño sucedió hoy. No solo que Mira-chan no me obliga a hacer esto, sino que, por alguna razón, mi convocatoria salió mal. Voy a llamar a Gamakichi para ver si sabe cómo llevarme a casa, y me sale un renacuajo. También es la cosa más pequeña que he visto en mi vida. ¡Ni siquiera cuando estaba aprendiendo la estúpida técnica era tan mala! No sé qué pasa aquí. Espero que sea una solución fácil. Definitivamente investigaremos esto pronto.

Día cuatro, fuera.

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Después de que el grupo se fue, Mirajane y el Maestro decidieron quedarse atrás e intentar averiguar qué hacer con Naruto. Eso, e intentar limpiar el desorden que siempre queda al final de un día estándar. Mirajane trabajó en los espacios amplios y en las encimeras de los bancos, mientras Makarov limpiaba debajo de las mesas. Ser bajo tenía sus ventajas.

Mira se levantó de una mesa, se secó la frente y miró una mesa que se movía. "Entonces, ¿dónde crees que deberíamos hacer dormir a Naruto? Puede quedarse aquí unas cuantas noches más, pero tenerlo viviendo en el sótano no es tan bueno".

Dando un último golpe, la mesa se quedó quieta y Makarov saltó encima de ella. "Hmmm. Supongo que eso podría ser un problema. Yo diría que lo deje quedarse en Fairy Dorms por un día o dos, pero las chicas de allí se lo comerían vivo".

Mira negó con la cabeza. "Sin mencionar que es sólo para chicas".

Makarov se encogió de hombros. "¿Desde cuándo eso me detuvo? Además, como él no tiene absolutamente ningún dinero, tampoco podía permitirse el lujo de quedarse en ningún lugar fuera del gremio. Aunque me pregunto si estará bien aquí solo".

Mira inclinó la cabeza hacia un lado y le dio a su Maestro una sonrisa feliz. "Oh, eso no es ningún problema. No me importa quedarme y asegurarme de que esté bien. Ahora que puedo hablar con él también hace que todo sea más fácil".

Makarov miró a su compañero más alto y se rascó el bigote. "Bueno, eso sería de gran ayuda, Mira. También elimina la posibilidad de que robe algo mientras no estamos aquí".

"¡No es un problema en absoluto!"

Al escuchar un ruido en la puerta, abandonaron su conversación y vieron al grupo caminando por la gran entrada.

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Después de terminar el entrenamiento con Erza, Naruto y el grupo habían regresado tranquilamente al gremio para que el recién llegado pudiera disfrutar de la vista. Principalmente ignoró las risas divertidas de las chicas mientras miraba a su alrededor con fascinación.

Todas las carreteras estaban cubiertas por un adoquín liso y la mayoría de los edificios lo tenían elevado unos metros por encima del frente de la tienda antes de convertirse en un enlucido suave, generalmente coloreado en grises y blancos con un toque ocasional de marrón. Era bonito en un sentido bastante pintoresco, aunque Naruto nunca lo admitiría en voz alta, incluso si las chicas no pudieran entenderlo. De vez en cuando también había un carruaje tirado por caballos atado al costado de la carretera, aunque los caballos reales no se veían por ninguna parte. Agarrando el siempre confiable trozo de papel, Naruto garabateó algo.

"Parece un área bastante segura por aquí. No hay candados en los carros ni nada".

Asintiendo, Levy miró a su alrededor con cariño. "Sí, es un lugar bastante bueno. Con Fairy Tail justo al final de la calle, los actos criminales son bastante raros".

Asintiendo, Naruto corrigió los errores de ortografía. El papel brilló ligeramente en la penumbra mientras se adaptaba a los cambios. Devolviéndoselo, volvió a mirar a su alrededor. No había muchos árboles pero aun así, la estructura del pueblo le recordaba a su hogar. Suspiró, con una mirada pensativa en su rostro. Supuso que fue una agradable escapada, pero también le gustaría mucho regresar y saludar a sus amigos. No tuvo la oportunidad después de la pelea. Metiendo las manos en los bolsillos, comenzó a sintonizar inconscientemente la ligera conversación a su lado.