DOBLE VIDA ▪︎ R.G

CAPÍTULO 23: "NO ME ASUSTAS"

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「 UNA SEMANA DESPUÉS

Me sentía agotada. Todavía me costaba comprender que estaba sola y sin mi familia, no había tenido ni un solo segundo para llorar todo lo que había sucedido en la prisión y tal vez, lo necesitaba para poder seguir adelante con mi vida.

No sabía dónde estaban, ni como podía buscarlos y realmente tampoco me animaba a decirle a negan sobre ellos todavía, no confiaba en él, ni en su gente.

Extrañaba tanto poder estar abrazada a rick durante horas en la noche y sentir su mano acariciando mi espalda, o el solo hecho de ver su mirada que tanto amaba.

¿Debía salir a buscarlos?

¿Tendría que quedarme? No sabía que hacer o que era lo correcto, no tenía idea.

Iba a enloquecer.

La puerta de la habitación se abrió, dejando ver a una chica castaña, bastante joven. La mire esperando que hablaba, al parecer la privacidad no existía.

—Negan quiere verte.

—Bien, que venga.—Murmure restandole importancia al tema y volví a poner mi mirada en el libro que tenía entre mis manos. La escuche suspirar mientras sostenía el picaporte de la puerta.

—Deja de actuar así, él no vendrá a verte. Tienes que ir tú a donde esta él, así son las cosas.—Murmuro seriamente.

—Si quiere verme, vendrá. No soy su jodido perro faldero, sabes, si ustedes quieren serlo, problema de ustedes.—Le conteste sin mirarla.

—Bien, arréglate con él.

No conteste y seguí en lo mio. No andaría atrás de nadie, nunca en mi vida y él no sería la excepción de esa regla.

A los minutos se escucho un ligero golpe en la puerta de la habitación. Fueron tres toques y la puerta se abrió, dejándome verlo con su bate en la mano.

—Era una orden, alison.

—Mi papá esta muerto.—Aclare dejando el libro sobre el escritorio que había en la habitación, levantándome de dónde estaba sentada.—Pero viniste, ¿Qué necesitas?—Consulte.

—¿A qué estas jugando?

Lo mire, sin entender.—¿De qué hablas?

—Alison, llegaste aquí con un jodido disparo en la pierna, desangrándote. Y nadie sabe nada de ti, tampoco cuentas nada, pero piensas que puedes pasar por encima mío y te importa una mierda todo lo que te digo. No entiendo porque quieres jugar conmigo, sabiendo que podría matarte cuando quisiera y como quisiera.

—Mis padres murieron y vi como degollaban al hombre que mi crío como una de sus hijas, ¿Crees que me darás miedo con tu jodido bate de béisbol y tu actitud de chico malo?—Consulte enarcando una de mis cejas. Él me quedo mirando en completo silenció mientras asentía de forma ligera.—Te prometo que me da totalmente igual si quieres matarme, no tengo mucho que perder en este punto de mi vida.—Le asegure.

—No pretendo matarte, ni lo tenía pensado sinceramente.—Confesó sin sacar su mirada de mi. Le sonreí ligeramente al escucharlo.—Pero tampoco voy a permitir que me desafíes enfrente de los demás, alison, tú no mandas aquí.—Me aseguro.

—No pretendo mandar, solo que no voy a ser tu perrito faldero. Ni ahora, ni nunca.—Aclare.—No me asustas, ni tengo miedo a morir, por lo que no tienes nada con que asustarme, negan. No lo entiendes.

—No quiero asustarte, solo quiero conocerte. Me interesa conocerte, la verdad.—Confesó.—Podríamos ser un buen equipo, solo déjame conocerte un poco más.

—Esta bien, me parece una buena idea, negan.

—Bien. Vayamos a dar una vuelta.