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Unos pocos días habían pasado desde Navidad, pero Draco sentía que habían sido años. Años desde que tuvo el momento más feliz de su vida.

Lamentablemente para él, tuvo que acabar, como todo.

Creía, era una paga por todo lo malo que había hecho a lo largo de su vida, y, que al final del día, se merecía eso. Merecía tener una pequeña probada de lo que pudo ser, y luego ser alejado a la fuerza de ella.

Tenía sentido en su cabeza.

Y seguía doliendo bastante, era una herida que siempre sangraria. Su dolor era tanto, que ese día no noto que alguien subió las escaleras de la torre de astronomía.

—Draco.

Su cuerpo se congelo al escucharlo, quiso creer que todo era parte de su imaginación, pero era tan real...

—Draco, debemos hablar.

Oyó sus pasos a su espalda, ya era muy tarde para huir.

¿Sería buena idea saltar?

—Y por si te lo estas preguntando, no, los hurones no pueden volar.

Soltó una risa que salio más por nerviosismo y miedo. Fue como si le hubiera leído la mente.

Antes de poder siquiera pensar en otro plan para escapar de la situación, sintió que lo tomó del brazo y lo giro para poder verse.

—En serio, debemos hablar.

Su corazón latía muy rápido, podía oírlo en sus oídos, como si se encontrara allí.

—¿No vas a decirme nada?

Las palmas de sus manos comenzó a sudar y temblaba del miedo. Era su fin.

—En ese caso, yo si te diré algo.

Cerro sus ojos para que las lágrimas no escaparan. Harry lo acusaria de mentiroso, traicionero, basura, escoria, pervertido y todo tipo de insulto existente. Seguro maldeciria todo su árbol genealógico y con justas razones.

—Me gustas mucho.

Bien, eso no era lo que esperaba.

Lo oyó reír, ¿Acaso se estaba burlando de él?

—No me rio de ti, hablo en serio cuando digo que me gustas, es solo que... haces muchos gestos, eres igual a Drago, bueno, tiene sentido porque tú eres Drago así que...

Notaba algo de nerviosismo en su voz, entonces abrió los ojos para verlo, ¿no estaba enojado?

Potter se alejo y se puso a un lado suyo, sosteniéndose con las manos en el barandal, mirando el atardecer.

—Creo que esto es muy cliché ¿no? Una confesión de amor en medio de un bello atardecer, la diferencia con las películas románticas es que me rechazaras.

—¿Quién dijo que te voy a rechazar?

—Entonces si te gustó.

Se giro con una sonrisa triunfal, rápidamente sintió caliente sus mejillas.

—Era tu plan.

—Por supuesto, no decías nada y tenía que buscar la forma de hacerte hablar, ¿no?

Se dio la vuelta para también ver el atardecer, apoyando los brazos cruzados en el barandal.

—¿Qué iba a decir?¿"Perdón por mentir, haciéndome pasar por un huron, viéndote desnudo, dejando que me mimes y des besos, permitiendo que me usaras para practicar hechizos, lamiendote la cara, durmiendo contigo y escuchando tus pensamientos más profundos contando tus sentimientos por mi"?

Harry solo lo miro, sonriendo un poco. Entonces se dio cuenta de todo lo que había dicho.

—Lo siento... por todo en general.

—Te perdono, debo aceptar que esa noche estaba... no diría que enojado, pero si sorprendido, no es fácil enterarse que el animal al que le tomaste tanto aprecio al final resultó ser la persona a la que te recordaba.

—Si, bueno, tuve que decírtelo desde un inicio.

—Eras un hurón, no podías decírmelo.

—Había más formas para comunicarlo además de las palabras.

—Entonces, ¿porqué no me lo dijiste?

No sonó como una acusación o interrogatorio, sonaba como genuina curiosidad. Lo pensó un poco, sabía la respuesta, pero no sabía bien cómo decirlo.

Se paso varios segundos tratando de encontrar las palabras adecuadas, pero no las había, opto por ser sincero, directo.

—Porqué me gustaba estar a tu lado, el tiempo que estuve como hurón, fue el más feliz de mi vida, y no estoy exagerando. Estar contigo me hacía sentir completo, lleno, como si fuera lo único que necesitara.

—Escuchaste mi confesión ¿Porqué no me lo dijiste después de eso?

—Somos de mundos muy diferentes, tú lo dijiste, era la única forma en la que podía estar cerca tuyo sin ser juzgados.

—Lo dije porque no creí que pudieras corresponderme.

—Correspondido o no, es la verdad, no cambia nada.

—Lo cambia todo, Draco.

—No, no lo hace, seremos juzgados, rechazados ¿Qué pensara la gente?

—¿Y a la gente que le importa lo que yo haga y con quien esté?

—Eres el elegido, Harry, no eres una persona cualquiera, estás en el foco, pensaran mal.

—¿A quién le importa lo que piense la gente? A mi no... ¿a ti te importa?

No supo responder, estaba preocupado especialmente por lo que le dirían sus padres. Estar con un hombre significaba no poder seguir con la descendencia Malfoy. Eso lo complicaba todo.

Pero cuando lo vio a los ojos, pensó, podría preocuparse de eso luego.

—No... la verdad que no me importa mucho.

—Entonces ven acá.

Lo jalo hacia él para poder darle un beso, no fue largo, en realidad ni siquiera fue muy lindo, ninguno sabía como hacerlo, pero les gustaba.

—Es raro saber que este no es nuestro primer beso.

—Lo sería si alguien me hubiera dicho que lo habían convertido en hurón.

—Dios, cállate.

—Puedes callarme.

Rodó los ojos antes de volver a darle un beso.

La vida comenzaba a sentirse mejor para él.

Ferret • Drarry • HarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora