VIAJE: II

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La vida en el mar era diferente, más ágil, menos complicada. Cada día era diferente, diferentes tareas que completar, y hasta el clima cambiaba al pasar de las horas. Ya había pasado dos semanas desde que fuimos aceptados en este lugar, donde aprendimos a montar un Ilu, nadar bajo el agua por varios minutos y hasta contener nuestra respiración bajo ella. Nuestros maestros cambiaban cada día, algunos días Tsireya me mostraba a mí y otros era Ao'nung, igual a Lo'ak, pero con el todo era complicado, tenía que soportar las quejas que tenia del Olo'eyktan, simplemente por querer estar cerca de la princesa.

Esa mañana me tocaba aprender señas y Ao'nung iba hacer mi maestro. Al principio se supone que hubiera sido Tsireya, pero Lo'ak estuvo quejándose toda la noche que tuve que pedirle al jefe que intercambiaran en la mañana siguiente, recibiendo una risa tonta de respuesta para luego rendirse y contestar un "Esta bien" fuerte y claro.

En la mañana, esperaba a Ao'nung en el mismo lugar de siempre. A veces llegaba un poco tarde y no lo culpaba, tenía tanto que hacer y podía entenderlo, ser jefe de un clan no era fácil y mas cuando estaba la mayoría del tiempo ayudándonos.

— Buenos días, Neteyam -escuché su voz detrás de mí y me di la vuelta.

— Buenos días, Olo'eyktan -le respondi y el rodó sus ojos.

— Sabes que puedes llamarme Ao'nung -le sonreí animadamente y el hizo lo mismo- ¿Estás listo? -asentí y él tomo mi mano.

— ¿Hacía donde vamos hoy?

Pregunté pero el no dijo nada. Caminabamos en dirección al pequeño bosque que se encontraba detrás de los maruis, cuando Ao'nung se detuvo, pude observar un pequeño marui, lleno de plantas, dos hamacas y había conchas por todo el suelo.

— ¿Donde estamos?

— Lo construí cuando tenía quince, aquí pase la mayoría del tiempo antes de convertirme en Olo'eyktan y no había tenido la oportunidad de volver, hasta ahora -caminó hasta la entrada y luego se dio la vuelta- Quiero compartirlo contigo, aún no me has contado que fue de tu vida antes de llegar aquí y también pensé que te iba agradar este lugar.

Observaba todo a su alrededor, todo era calmado y bonito. Plantas, palmas, arena, y también podías apreciar las olas del mar que se veían a lo lejos.

— Gracias por mostrarme este lugar, Ao'nung -apreté su mano en forma de agradecimiento y me senté en una de las hamacas- ¿Los demas saben?

— No, tu eres el primero.

Lo miré por unos segundos y nuevamente sentí mis mejillas tonarse de un color carmesí, el tenia la habilidad de decir cualquier palabra y alborotar mis sentimientos, pero era tan tonto que no se daba ni cuenta y no quería que lo hiciera tampoco. Iba a macharme, como lo hacia cada vez en los clanes que estuve antes de llegar aquí. Nadie te prepara para las despedidas, ellas llegan cuando menos lo esperas y duelen. Luego el duelo se convierte en una parte de ti y tienes que vivir con ello todos los días. Pero, debía volver a mi hogar e iba a doler, quizás a mí, mas que a el.

— Eres muy lindo cuando te sonrojas -sentí las mejillas sonrojarse nuevamente y aparté la mirada- No lo escondas, es bonito.

— No he sido de recibir muchos cumplidos, no me he acostumbrado a eso -dije en voz baja y el tomó asiento en la hamaca que estaba al lado de la que yo estaba sentado- lo que se, lo he aprendido de las películas, la música y hasta los libros que rondan por la habitación del tío Norm -Ao'nung tenía una expresión confusa y me reí.

— ¿Que son películas y los libros?

— Los libros son historias escritas en un papel, hay largas como las hay cortas, cada palabra que lees sientes que estas allí dentro, viviendo lo que ellos están viviendo -solté un suspiro y seguí contándole- las películas son obras audiovisulaes, también cuentan una historia pero la puedes ver y así no te tienes que imaginar nada, lo presentan todo.

One Shots || Ao'nung x NeteyamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora