You're Losing Me ||•Charlos•||

Capitulo 12: Se fue.

— Adelante señor Leclerc, puede ingresar. — le sonrió la mujer y el menor asintió, siendo seguido por Lance, mientras Chris se quedaba un momento afuera.

— Cielo, te alcanzo en un minuto, debo llamar a alguien. — sonrió, alejándose un poco.

Uno, dos y tres timbres, hasta que aquella conocida voz le respondió, haciéndolo suspirar de alivio.

— Maxie, querido, estoy con Charles en el hospital. — avisó.

— ¿Le pasó algo papá? — preguntó preocupado.

— No, nada de eso, viene por lo de la marca. — suspiró. — ¿Estas con Carlos?

— Si, Emilio está jugando con Mick, yo estoy preparando algo de almorzar. — indicó.

— Bien, no lo dejes solo, se que este procedimiento puede ser algo doloroso para ambos, si pregunta, dile que posiblemente sea dolor por el accidente. — resopló. — ¿Bien?

— Si papá. — asintió.

Christian colgó después de eso y entró al consultorio, dando una sonrisa de disculpa.

•~•~

— Buenos días, soy el doctor Sebastian Vettel, un placer. — saludó a ambos omegas, sonriendo. — ¿Y quien es mi paciente hoy?

— Yo. — Charles soltó con timidez.

— Lo imaginaba, este procedimiento no es muy recomendado en el embarazo. — el hombre no perdía su sonrisa, revisando los estudios del monegasco. — Bien, señor Leclerc, sus estudios están en orden...

Cerró la carpeta, concentrándose en el omega de ojos verdes, no podía negarlo, era muy lindo, demasiado.

— ¿Está bien si te explico el procedimiento primero? — preguntó, recibiendo un asentimiento del menor. — Bien, es algo simple en realidad, te inyectaré hormonas de alfa, estas cortaran el lazo con tu alfa de manera menos traumática, aunque puede llegar a ser muy doloroso.

— ¿Hay riesgos doctor? — preguntó Lance, mostrándose preocupado.

— Bueno, en todos los procedimientos hay riesgos, pero este es relativamente sencillo, te podrás ir a casa media hora después y debes reposar al menos tres días, sin esfuerzos innecesarios. — le informó. — Sentirás nauseas, mareos, puede que incluso presentes vomito y fiebre, es normal y te recetaré medicamento para ello.

— Comprendo. — asintió el menor.

— ¿Está seguro de esto? Puede arrepentirse todavía. — le sonrió.

Unos toques en la puerta los interrumpieron, mientras Christian entraba, disculpándose.

El doctor solo sonrió, asintiendo, regresando su atención a Charles.

— Estoy seguro doctor.

— Bien, entonces comencemos con el procedimiento. — se levantó de su escritorio, pidiéndole a Charles que lo siguiera. — Volveremos en un momento, ¿está bien?

— Claro. — respondió el omega mayor.

El doctor ayudó a Charles a subir a la camilla, indicándole como debía acomodarse, tratando de quitarle los nervios.

— ¿Sabes? Nunca había visto unos ojos tan bonitos como los tuyos. — Vettel halagó, logrando que las mejillas del monegasco se tiñeran de un intenso color rojo, mientras colocaba el monitor cardiaco. — El rojo es tu color, te ves muy lindo sonrojado.