CAPÍTULO 12

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Louis se estaba retrasando.

Harry miró su reloj por cuarta vez durante los últimos quince minutos, y luego desvió la vista hacia una de las ventanas del salón, esperando a que el deportivo negro apareciera en el aparcamiento.

Según la conversación que había mantenido con su secretaria unos días atrás, tenía una cita a las diez en punto para sacar fotografías del nuevo bar y restaurante para la carpeta de trabajos de Casual Elegance. Cuando preguntó, disimulando su interés, si Louis estaría presente en la sesión fotográfica, le dijeron que por lo general solía acompañar al fotógrafo.

Después de una semana sin verlo, y dada la habilidad de Louis a la hora de eludirlo, sabía que aquélla sería su única oportunidad de hablar con él desde que salió de su apartamento. Harry estaba desesperado.

Marcharse de allí con la idea de darle tiempo para que se calmara había sido el mayor error de todos los que había cometido. Desde aquella mañana, lo único que había conseguido era escuchar la voz de su contestador, donde le había dejado una multitud de mensajes sin recibir respuesta.

Sus esperanzas se desinflaron de golpe cuando vio que era otro el coche el que entraba en el aparcamiento. Un minuto después, Lottie bajaba del vehículo seguida de un hombre de pelo oscuro, que se apresuró a descargar el equipo fotográfico.

Los esperó en la puerta, frustrado. Mientras los veía acercarse, intentó mantener la compostura, ignorante de lo que habría contado Louis a su hermana sobre lo sucedido entre ellos.

El fotógrafo fue el primero en entrar.

— Buenos días.

Harry le devolvió el saludo y el hombre pasó al salón, donde empezó a preparar su equipo. Lottie se detuvo frente a él, sosteniéndole la mirada. No había animosidad alguna en sus ojos. Simplemente se lo quedó mirando fijamente, con expresión dulce y tranquila.

— Hola, Lottie — pronunció, rompiendo el silencio.

— Pareces decepcionado de verme — una satisfecha sonrisa asomó a sus labios —. Supongo que es una buena señal.

A Harry le asombró ese comentario.

— No es nada personal... — se obligó a relajarse —. Esperaba ver a Louis, pero debí imaginarme que hoy no vendría después de haberme evitado durante toda la semana.

— A mí no me has ofendido en absoluto. Y por cómo te veo me hace creer que realmente sientes algo por mi hermano.

— Por supuesto que siento algo por él, lo quiero — repuso, apretando la mandíbula.

Lottie se volvió hacia el fotógrafo, que parecía haber terminado con sus preparativos.

— John, por favor, empieza con el restaurante. Ya sabes lo que Louis quiere que figure en la carpeta de trabajos.

— De acuerdo — respondió el profesional antes de alejarse hacia el comedor.

Juntando las manos detrás de la espalda, Lottie se dedicó a pasear tranquilamente por el salón, observando las mejoras realizadas.

— Para serte sincera, después de lo que Louis me contó que hiciste, tenía mis dudas sobre tus verdaderas intenciones.

— ¿Te contó lo que pasó?

— No te sorprendas tanto, Harry. Somos amigos y lo compartimos todo. Pero después de verte, y dado que tienes un aspecto tan desolado como él, tengo que suponer que entre ustedes ha habido algo más que un simple diario de fantasías sexuales.

— Yo nunca quise hacerle daño, Lottie. Admito que lo que hice fue un error...

— Una injusticia — precisó ella.

FANTASÍAS (LS AP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora