❝ TaeHyung sabía solo dos cosas del papá de su bebé, que se llamaba JungKook y que era el alfa más caliente que un omega soltero de 21 años podría haberse cruzado en una noche de verano.
O dónde el omega de 24 años y su cachorro comienzan de cero en...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
TaeHyung estaba en ese momento del mes en que debería tener su celo de no ser por los supresores, lo que equivalía a ser una bola sensible que no hacía más que comer, dormir y jugar con SooBin cuando no estaba llorando.
Realmente intentaba ser un adulto y recomponerse frente a SooBin, porque el pequeño no tenía la culpa de que su madre sea un maldito dependiente de un alfa que le había dado un céntimo de atención, pero no ayudaba en nada que cada media hora su hijo pregunte por el alfa que súbitamente desapareció y dejó de contestar los mensajes.
¿Lo había cansado acaso? ¿Habían sido demasiado los mensajes a diario? El alfa seguramente solo estaba haciendo amable con ellos los primeros días en el pueblo y se había dado cuenta de que no valían la pena.
Mentira. SooBin era una persona que siempre valía la pena conocer, pero TaeHyung sabía que él podía llegar a ser insoportable y ese debía haber sido el dilema del alfa.
Pero su... El alfa le había regalado flores...
Flores que ahora decoraban su mesa y que emocionaban y hacían doler el corazón de TaeHyung cada vez que las veía, frescas y perfumadas como el día en que JungKook se las obsequió junto al regalo de SooBin, otro recuerdo de cómo había alejado al alfa.
SooBin llevaba a Dante, el dinosaurio, a todas partes. Comía en la mesa con ellos, dormía en la cama y TaeHyung lo había convencido de que los dinosaurios no necesitaban bañarse como los humanos cuando había intentado meterlo en la bañera, y que si llegaba a ensuciarse mucho el mismo le prepararía un baño especial para dinosaurios – la lavadora –.
El cachorro preguntaba a cada rato cuando iría JungKook a jugar con ellos, con el pretexto de que JungKook, él y Dante habían acordado una dino fiesta del té, que era cierto porque TaeHyung había sido invitado. Pero JungKook había desaparecido en el aire.
Por qué le prometería cosas a su... Al cachorro si no las cumpliría.
Sería que... Pero no era posible, o si y TaeHyung había sido un iluso, pero JungKook no podía saberlo... ¿O sí...?
¿Y si se había enterado y odiaba profundamente a TaeHyung?
Oh, Dios, tenía que hablar con él, necesitaba oír su verdad y que luego lo odie todo lo que quiera y lo despache de su vida; pero JungKook debía saberlo de su parte y culparlo a él y solo a él, SooBin no tenía la culpa de la estupidez de su mamá y no debía perder a su papá por esta.
Si tan solo hubiera sido más inteligente y no tan egoísta, tal vez JungKook se hubiera enterado por él y no por quién sabe dónde, aunque lo más probable es que fuera deducción propia, de solo comparar sus facciones con las de SooBin.
¿Y si la rubia que lo había seguido era su novia y JungKook había estado tonteando con ellos? Eso tendría sentido aun cuando le dolía mucho pensarlo.
No, TaeHyung había visto sus fotos y eran demasiado parecidos, debían ser parientes.
¿Y si esa pariente le había abierto los ojos a JungKook y advertido de que no se metiera con él? TaeHyung no había hecho nada malo, pero no tenía idea como podría reaccionar la familia de JungKook ante él.
Tenía la tendencia de arruinar familias, ¿La familia de JungKook desconfiaría de él? No lo conocían, no podían juzgarlo por redes sociales, pero el alfa le había contado que era el único alfa en su familia y desde que su padre se había ido, él estaba a cargo, así que no le sorprendería que desconfiaran de él considerando que...
Ya estaba creyendo bobadas, como si JungKook le prestara atención real, él solo era un antiguo conocido y la mamá de SooBin, el cachorro del cual JungKook se hizo amigo y ese sería su puesto para siempre, ni más ni menos.
— Mami, ¿estás bien? — la voz de SooBin lo interrumpió, el niño fruncía la nariz y TaeHyung se dio cuenta del aroma a angustia en el aire.
No, no estaba bien, pero igual sonrió a su bebé.
— ¿Me das un abrazo, bebé? Estoy bien, pero quiero un abrazo para sentirme mejor — pidió, suspirando cuando su cachorro corrió a sus brazos.
Trepado en su regazo, con su carita en su cuello, rodeándolo con sus bracitos, SooBin comenzó a mecerse encima de él, sus manitos en su cabello lo acariciaban con cada movimiento, estaba imitando tiernamente la nana con la que él lo ayudaba a dormir. TaeHyung lo abrazó con fuerza y se dejó mimar.
— ¿Quieres que me acueste contigo, así puedes descansar, mami? — quiso reír al oírlo, pero una especie de sollozo salió de su boca.
¿Qué había hecho bien en su vida para merecer a SooBin?
— Sí, cielo, ¿quieres dormir un rato conmigo? Prometo llevarte por un helado, luego — SooBin aceptó, pero algo le decía que hubiera dicho que sí sin el helado.
Pronto estuvieron acurrucados en la cama grande, su cachorro abrazaba su costado y se durmió antes que él, su respiración suave y sus suspiros risueños le sirvieron como somníferos y pronto estuvo sumido en un mundo dónde no le importaba la realidad y dónde junto a ellos había un alfa mimándolos.
