❝ TaeHyung sabía solo dos cosas del papá de su bebé, que se llamaba JungKook y que era el alfa más caliente que un omega soltero de 21 años podría haberse cruzado en una noche de verano.
O dónde el omega de 24 años y su cachorro comienzan de cero en...
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Otra vez volaba en la nube de eucalipto y café, fuerte y agradable. TaeHyung se dejó hundir en ella y desaparecer.
Pero ya estaba semi despierto, su cabeza dolía demasiado como para que sea un sueño, pero la nube seguía allí, debajo de su nariz, calentita y acogedora. Inhaló, llenándose los pulmones de esta.
Y cuando estaba por volver a dormirse, los recuerdos volvieron y TaeHyung quiso llorar. Si no había espantado a JungKook antes, definitivamente lo espantaría ahora.
No era de los que bebían y se olvidaban de todo lo que pasó la noche anterior, recordaba muchas cosas que hicieron su estómago florecer.
Había dormido con JungKook, se habían besado hasta el cansancio y habían hecho el amor exquisitamente, pero había estado estúpidamente ebrio y como lo recordaba, prácticamente había forzado a JungKook.
¿Qué había pensado? ¿Debía despertarlo y pedirle perdón?
Estaba en sus brazos, sin embargo, JungKook lo tenía abrazado y TaeHyung había dormido en su pecho y era tan cómodo, era cálido y seguro, y lo empapaba de su aroma. Piel con piel; TaeHyung estaba desnudo, y por lo que sentía, JungKook también.
Los recuerdos iban y venían en su mente, su omega todo orgulloso y coqueto, sintiéndose amado y lleno de euforia.
JungKook había sido gentil y tierno con él, lo había cuidado y TaeHyung se le había arrojado, pero no lo había separado, eso era lo que quería saber.
Y TaeHyung le había dicho que lo amaba, necesitaba confirmar que JungKook correspondiendo no había sido solo un trozo de sus sueños.
Se enderezó, la mano de JungKook cayendo a su cadera, floja y suave, envió un escalofrío a la espalda de TaeHyung. El movimiento terminó por despertarlo, o al menos un poco.
El brazo que lo sostenía se afirmó a su alrededor, siendo posesivo y casi obligándolo a volver a recostarse.
— JungKook... — murmuró, adoptando la antigua posición.
El alfa rápidamente lo metió en sus brazos, su cabeza quedó en su cuello una vez más.
Tenía que vestirse, veía el reloj de reojo en la mesa de noche y marcaban pasadas las 6:30 a. m., tenía un cachorro que probablemente despertaría en media hora.
Se sentía una madre terrible, no había visto a su bebé desde la noche anterior.
— Shh, duerme, cariño — lo sintió murmurar contra su cabello, su mano acariciando su espalda sin escrúpulo.
Las caricias se sentían muy muy bien y relajantes, pero TaeHyung, aunque quería, no podía ceder y dormirse, tenía muchas cosas en mente y un cachorro que atender.
Además del dolor punzante de cabeza, maldito y bendito HoSeok y sus tragos de colores. Y hablando de él... recordaba un par de sucesos algo polémicos, pero podía pensar en aquello luego.
