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Dos días antes de su cumpleaños, cayó una nevada inusual que dejó todo blanco y los obligó a quedarse en casa encerrados, y problema que se hacían ellos

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Dos días antes de su cumpleaños, cayó una nevada inusual que dejó todo blanco y los obligó a quedarse en casa encerrados, y problema que se hacían ellos.

JungKook se salvaba de saludar a los familiares que llegaban antes de tiempo a la casa de su madre y a su vez podía tener a un TaeHyung, quien andaba muy cariñoso últimamente y todo el día.

Decoraron toda la casa con luces y colores rojos, verdes y dorados muy navideños, las decoraciones de SooBin abundaban y le daban ese toque acogedor al lugar que hacía que uno quisiera estar metido adentro todo el día tan solo acurrucándose en familia.

El pasatiempo favorito de JungKook se volvió recostarse en ese rejunte de almohadones con su omega y cachorro a su lado, ya sea durmiendo bajo una manta pesada o viendo una película navideña, generalmente de rom-com porque TaeHyung las adoraba.

TaeHyung no era el único pegote, SooBin iba atrás de su mamá hasta al baño y a ¿Quién engaña? JungKook también, pero definitivamente el omega se volvió el centro de sus mundos, aún más de lo que ya, de por sí, era.

El cachorro parecía querer hacer cualquier cosa para complacer a su mami, intentaba ayudarlo con todo lo que podía y más, evitando que se mueva a veces, solo por "si se cansaba".

Como en ese momento que estaba ayudando a tender las camas, o al menos intentando, JungKook salió un momento a buscar mantas nuevas y limpias, cuando volvió encontró al cachorro intentando poner los cubre almohadas.

— Me los arrebató diciendo que él quería hacerlo y me mandó a sentar — dijo TaeHyung anonadado.

Dejó las mantas sobre la cama, yendo junto al cachorro para ayudarle con esa pequeña batalla.

— Entonces hazle caso, príncipe — dijo, riendo cuando TaeHyung le sacó la lengua, recostándose en el pequeño sillón de la habitación.

Tomó el otro cubre de la almohada, enseñando al cachorro como se ponía.

— Mami tiene que cuidarse — dilo SooBin con voz decisiva.

¿Será que tenían un pequeño alfa en desarrollo entre ellos? Miró al omega alzando las cejas, este pareció entender lo que suponía.

— Exacto, SooBin, hay que cuidar a mamá — dijo, riendo al ver la cara que puso TaeHyung.

— No me va a pasar nada si pongo unas sábanas — recordó el protegido.

Pero SooBin no daba pie a torcer.

— Mami, no seas telco — okey, JungKook estalló en una carcajada.

TaeHyung era la persona más terca que existía, nunca habían discutido por suerte y porque JungKook sabía que tenía que darle la razón o míster terquedad, no pararía hasta que suceda, al fin y al cabo, siempre tenía razón.

El cachorro había salido con ese carácter, mezclado con el alfa que sabía que guardaba en él, de grande sería un personaje digno de conocer. Pero aún era su bebé y por el momento solo mostraba ese carácter con ellos, el mundo tendría tiempo después de conocer a Kim SooBin, pronto Jeon-Kim.

Oh, sí, eso era algo que estaba en marcha, primero porque así cerraban ese ciclo y podían ser una familia normal y además porque hacerlo significaría que SooBin dejaría de ser solo un Kim, su apellido pasaría a ser Jeon y no le serviría a su abuela. Aun si eso sonaba horrible, era necesario.

En especial, cuando la vieja bruja estaba tramando algo, hacía ya siete días que números desconocidos no llamaban a TaeHyung ni mensajes extraños le llegaban a ninguno de ellos.

Mejor asegurarse ahora y no tener que correr después, el cachorro con su apellido no seguiría la dinastía que la madre de TaeHyung quería, quedando solo TaeHyung, pero eso era otra cosa que JungKook tenía planeado.

Amaba a su chico y quería pasar su vida con él, era un hecho, cada latido de su corazón gritaba el nombre de TaeHyung, su alfa lo pedía como su omega y su persona lo necesitaba como su esposo, quería cortejarlo y adularlo como se debía y marcarlo como su omega y que él lo marque como su alfa.

Entonces ningún viejo verde o quien sea podría tener fuerza sobre su lazo y el tormento de su chico acabaría. Pero aún no se lo propuso, navidad sonaba más ideal que una mañana doblando sábanas; además, JungKook estaba aterrado de que sea demasiado pronto para TaeHyung.

— ¿Guardaespaldas? — el omega llamó, SooBin se dio vuelta cómicamente, listo para lo que sea que su mami pida — ¿Puedo ir a preparar la comida? El puré que tanto le gusta no se hará solo.

El cachorro lo pensó, cruzado de brazos, con pose seria que era demasiado tierna por su estatura.

— Bueno, puedes, pero con cuidado — indicó, TaeHyung se levantó y fue a besar su cabeza.

El cachorro dejó la almohada para abrazar a su mamá un momento.

— Gracias, querido guardaespaldas, le pondré mucho queso para ti — dijo saliendo de la habitación.

Ambos lo vieron salir, embelesados por él.

— Okey, compañero, terminemos aquí, así vamos a ayudar a mami en la cocina — dijo dejando la almohada en su lugar y buscando el perfume que sabía que a TaeHyung le gustaba poner en la ropa de cama.

SooBin se apuró a imitarlo, entusiasmado por la idea de ayudar a su mami aún más.

Era divertido tener la ayuda del cachorro, era tierno verlo tan entusiasmado y haciendo un verdadero esfuerzo por tender la cama como se debía, JungKook lo dejaba hacer, sabiendo que tenía que "trabajar la autonomía y la confianza" como había leído en los libros que comenzó a leer para estar más a la altura, luego podría ir por atrás y arreglarlo, pero era importante que SooBin supiera que su esfuerzo valía.

Luego de un par de idas y vueltas terminaron y pasaron al cuarto del niño, sabiendo que tenían que poner algo de orden con sus juguetes.

— Elige qué juguetes quieres guardar en el baúl hoy, iré a buscar la ropa que ya se secó para guardarla — dijo.

De alguna manera milagrosa habían logrado secar la ropa con el calor de la chimenea, estaba doblada sobre la mesa de la cocina.

— Okey, papi — canturreó el menor, mirando sus autitos y muñecos.

Acarició a Yeontan, quien dormía junto al fuego plácidamente, estaba creciendo demasiado y tan solo tenía cuatro meses, TaeHyung aseguraba que se pondría enorme y que a JungKook lo habían estafado con el perrito chiquito, pero el omega no podía negar que adoraba al perro.

Entró en la cocina, viendo a TaeHyung hablar por teléfono, se paró un momento a escuchar, preguntándose si las brujas habían regresado, pero no parecía ese tipo de conversación.

— Okey, doctora, ¿y eso qué significa? — dijo, debían ser sus análisis.

Días atrás había tenido que ir al médico por el problema de los supresores, había regresado molesto porque la médica se los había sacado sin darle una alternativa y además tenía que hacer análisis. No podía ir a buscarlos, así que debía ser la doctora dándole los resultados.

Así que tomó lo que iba a buscar y se marchó, SooBin había sacado todos sus juguetes y los estaba calificando con un riguroso chequeo, jugando para juzgar cuál le divertía mal.

JungKook sonrió y lo dejó, hasta los mejores guardaespaldas necesitaban un recreo.


◇◆◇◆◇


Oh.

Ahora todo tenía sentido, TaeHyung se sentía un idiota estúpido al no darse cuenta, quiso reír de lo tonto que había sido, pero estaba estupefacto.

Bueno, al menos ahora sabía lo que le pasaba y joder con la doctora que no lo había notado, ella había estudiado, ambos tenían la culpa.

Beach boys ✧ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora