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Esta era la situación; acababa de regresar del mercado y había un perro en su sala, más desorientado que él

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Esta era la situación; acababa de regresar del mercado y había un perro en su sala, más desorientado que él. Era bonito. Si no hubiera comenzado a ladrar cuando entraron, TaeHyung hubiera pensado que era otro peluche de los que JungKook le regalaba a SooBin. Pero este era de verdad, y estaba rodando por el piso con su hijo, que había quedado enamorado del perrito.

— ¡Mira, mami! ¡Tiene mucho pelo! — había chillado SooBin apenas lo vio.

— Sí, amor... — respondió, escribiendo rápidamente al culpable de la presencia del animalito.

Resulta que la promesa del perro y todo eso había sido cierta, demasiado. No le sorprendió cuando JungKook afirmó que se llamaba Yeontan, y SooBin estaba encantado con Yeontan, la pequeña bola de pelos.

Miró la hora, JungKook había entrado a trabajar hacía veinte minutos, debió haber dejado al perro y una bolsa de comida antes de marcharse. -No saldría hasta media tarde, así que TaeHyung se hizo la idea de que era su responsabilidad.

No lo juzguen, adoraba los animales y siempre quiso una mascota para SooBin, pero tal vez en unos años. Pero bueno, ahí estaba, todo adorable con su niño, TaeHyung lo dejó estar mientras se dirigió a la cocina a preparar el almuerzo, hablando con JungKook mientras tanto.

— Mami, a Yeontan le gustan mis pantuflas, mira — SooBin correteó en la cocina con el perro entre sus brazos, este tenía una de las pantuflas nuevas de su cachorro.

TaeHyung se apuró en quitársela, observando que aún servía. Pero el perro con sus dientes de bebé había dejado marca.

— No dejes que agarre estas cosas, SooBin, si no aprenderá a romperlas — ambos, cachorro y cachorro, lo miraron con ojos de perrito antes de volver corriendo a la sala.

El omega suspiró, algo le decía que no sería la primera cosa que el perro rompería. Saldría a comprarle un juguete más tarde y esperaría lo mejor.

Al menos el tanto jugar gastó las energías de SooBin y Yeontan, apenas llenó sus pancitas, ambos estuvieron deshechos en el sofá para una siesta, tiempo que TaeHyung aprovechó para poner algo de orden y terminar un diseño que debía enviar. Las siestas de SooBin nunca duraban mucho desde que tenía dos años, así que no tuvo mucho tiempo para él solo.

Pudo ducharse, cepillarse el cabello y hasta ponerse sus cremas, lo que era mucho, luego respondió emails de la empresa, en su mayoría sus colegas publicistas chequeando como iba cada uno, tenían agendada una reunión en la ciudad dentro de un mes y TaeHyung realmente no quería ir, pero no le quedaba de otra.

Era un solo día, pero debía dejar a SooBin, tomar el tren de dos horas dos veces y soportar a sus compañeros. No eran malos, pero estaban en otro momento de sus vidas, por lo que TaeHyung muchas veces no conectaba con ellos y se aburría.

Más adelante se preocuparía por ello, ahora la siesta de los cachorros y el turno de JungKook habían terminado; por lo que TaeHyung estaba preparando la merienda para todos, mientras la sesión de juegos entre SooBin y Yeontan se reanudaba.

Beach boys ✧ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora