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Su omega y su cachorro estaban descansando a su alrededor, su omega abrazaba a su cachorro y con la otra mano lo mantenía cerca de él, su alfa

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Su omega y su cachorro estaban descansando a su alrededor, su omega abrazaba a su cachorro y con la otra mano lo mantenía cerca de él, su alfa.

Su omega y su cachorro, suyos, seguros y cómodos. Su familia, su manada, su todo.

Suyos para proteger y amar; JungKook no era ciego, sabía que su omega tenía astillas con las que se pinchaba a sí mismo a veces, sería un trabajo largo hasta llegar a sanar las heridas de su corazoncito y el alfa iba a estar ahí en todo lo que TaeHyung le permita estar.

Su cachorro merecía un buen padre, el mejor de todos, JungKook sabía que podía ser un desastre para todas las cuestiones de la vida, pero mientras aquel angelito siga abrazándolo y pidiendo por él, JungKook haría lo imposible por él, por ellos.

Asistiría a todas las malditas fiestas de té de dinosaurio que SooBin organizara y hablaría con los peluches si eso hacía reír al pequeño.

Oh, JungKook jamás olvidaría la alegría de ese niño al despertar y encontrarlo en la cocina, abrazado a su mamá. Jamás olvidaría como los tuvo a ambos en sus brazos, fue como sostener todo su mundo.

Habían jugado toda la tarde, TaeHyung había estado ausente la mayor parte del tiempo, pero acudía a todo lo que le decían, el omega necesitaba su espacio, pero no había querido que se marche, así que JungKook pidió una pizza napolitana y de rúcula porque eran las favoritas de su omega y su cachorro.

Jamás se cansaría de decir eso: su omega y su cachorro.

La hora del baño había dejado a un SooBin agotado en brazos de TaeHyung, pero no paraba de hablar con él cuando decidieron sentarse en el sillón para dormirlo.

— ¿Pero no podemos hacer una pijamada? — la voz del pequeño sonaba gangosa, era el sueño hablando por él.

TaeHyung sonreía al oírlos, su mano acariciaba la naricita de SooBin ida y vuelta, sus párpados pesando más y más con cada caricia de sus delicados dedos.

— No, amiguito, hoy no; pero otro día traeré mi mejor pijama y acamparemos en la sala, ¿quieres? — lo último que recibió de SooBin fue un asentimiento y estaba ido.

Alzó los ojos al omega a su lado, que aún acariciaba la naricita del menor, él también lo estaba mirando y también se le veía cansado.

— Has estado callado — susurró, su brazo pasando por detrás del omega sin llegar a tocarlo.

Pero TaeHyung se acurrucó contra este, permitiendo que lo abrace por los hombros, su mano alcanzando su brazo dónde comenzó a dejar caricias sobre la tela del sweater.

— He estado pensando... ¿Realmente estás bien con esto? — su voz sonó tímida y suave.

— Estoy perfectamente. Te lo dije, Tae, los amo y son mis personas favoritas, si tú me lo permites quiero estar en sus vidas y no ser solo un conocido de a ratos — no mentía, era su corazón hablando de primera mano.

Beach boys ✧ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora