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La pijamada de SooBin fue un éxito, comieron galletas y crispetas hasta reventar, maratonearon todas las películas de Disney de la lista de infaltables de HoSeok y jugaron todos los juegos que SeokJin se le ocurrieron, ya que al parecer era un fan...

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La pijamada de SooBin fue un éxito, comieron galletas y crispetas hasta reventar, maratonearon todas las películas de Disney de la lista de infaltables de HoSeok y jugaron todos los juegos que SeokJin se le ocurrieron, ya que al parecer era un fanático de los juegos de mesa y siempre cargaba por un par.

El Monopoly reinó en la mesa de café, TaeHyung y SooBin ganaron con sus increíbles y carísimos hoteles, luego el juego de la oca lo desterró y el cachorro se había dormido mientras los omegas intentaban enseñarle a hacer casas de naipes.

JungKook nunca había estado feliz como esa noche llena de risas de su omega y su cachorro llamando por él tiernamente.

Mami y papi, JungKook tenía felicidad como para salir volando.

Su cachorrito, aquel que hicieron con TaeHyung y les salió tan bonito y tierno, él lo había intuido, en su corazoncito debía saber quién era y lo había aceptado. Confiaba en él, lo quería como su padre, para amarlo y protegerlo, a él y a su madre.

Se durmió en sus brazos, para culminar ese día perfecto, JungKook acurrucó a su omega y a su cachorro en aquellos colchones dispersados por la sala aquella noche, fue quien los mantuvo cálidos y cómodos toda la madrugada y el privilegiado en verlos al despertar.

TaeHyung pasando un brazo sobre SooBin que dormía prácticamente sobre ambos, su mano había llegado a la suya en algún momento, entrelazándose y acariciándose de a ratos hasta que ambos fueron vencidos por el sueño.

Cuando despertó seguían en la misma posición y todo olía a familia, las flores y la miel eran todo lo que estaba bien y JungKook hubiera vuelto a dormir de no ser que debía trabajar, se sintió tan mal y erróneo perturbar el sueño de ambos tan temprano en la mañana, pero nada se comparaba con el constante ruido de notificaciones en el celular de TaeHyung al otro lado de la cocina.

Por lo que sabía, su omega había cortado relaciones con su familia, SooBin y sus amigos eran todo lo que tenía, pero sin querer había leído una conversación de su omega con su hermana Jennie, la cual entraba en la familia alejada, y la joven no era exactamente agradable y parecía afectar a su omega, así que se enojaría mucho si está era la molesta.

El ruido cesó, pero TaeHyung ya estaba despierto, había soltado su mano para refregarse los ojos, somnoliento, y gemir cansado, milagrosamente en el oído de JungKook.

Apretó el brazo que tenía a su alrededor, acercándolo aún más, TaeHyung dejó caer su rostro en su cuello, restregando infantilmente su nariz en él.

— ¿Qué hora es? — murmuró.

— Temprano, cariño, pero debo irme — respondió también en voz baja, sonriendo cuando lo sintió negar.

Era tan tierno.

— ¿Es necesario? Hace frío... Y tengo sueño — balbuceó, quejándose como todo un caprichoso.

Beach boys ✧ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora