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(Pedri)

Llegaba del entrenamiento, según como Araujo me había dicho, el niñero de Abi ya había llegado y ya estaba en la casa.

Al entrar a la casa, un aroma a miel se olía en toda la casa, en dónde estaba casi todo el silencio, la tele estaba prendida, pero no escuchaba a Abi ni al chaval.

Me acerque al sofá, pensando que allí estaban y efectivamente estaban allí, estaban durmiendo abrazados.

Se me hicieron muy tiernos, que no los quise despertar.

El chaval era atractivo, su cara muy linda, parecía que se cuidaba la cara, sus labios que estaban secos, pero aún así se notaba el color algo rosita clarito que tenía.

Sin darme cuenta, me quedé fijamente mirando al chaval que ni siquiera sabía su nombre.

Hasta que se despertó.

Veía como se despertaba y miraba para todos lados, hasta que me miró a mi y dió un mini grito, pero no tan fuerte.

-Cuidao' que no me despiertes a la niña- Dije.

-Hostia, si, perdón, que me he asustado cuando te vi- Dijo y se paró silenciosamente, para no despertar a Abigail.

-Si, me he dado cuenta- Dije y me rei. -Soy Pedro, pero dime mejor Pedri-

-Soy Pablo- Dijo y me dió una sonrisa, una sonrisa inolvidable.

-Pareces joven, ¿Cuántos años tienes?- Pregunté.

-¿Que dices? Joder tampoco soy tan joven, recién cumplo los 18- Decía.

-Ni tan joven me dices, que va' si me haces sentir un viejo y eso que tengo 19 y en unos meses cumplo los 20- Dije, dándole una sonrisa.

-Pues si que eres un viejo- Dijo y el se rió y a mi se me borró la sonrisa. -Que es broma, no te lo tomes de mal, aún eres joven, pero con una hija- Dijo parando de reír.

-Sere viejo, pero atractivo y guapo- Dije haciéndome el guapo, aunque ya lo soy.

-Que raro... Yo no veo en ningún lado lo guapo- Dijo y se volvió a reír.

-Calla enano- Dije y el paro de reír y me miró enojado y yo me comenzó a reír.

-Enano la debes de tener tu- Dijo y yo lo mire y me acerque a el.

-Que dices, si no me la has visto, aún- Dije y le agarre del mentón, nuestras caras estaban a unos metros.

Note que se le puso algo rojo la cara de Pablo.

Iba a hablar, pero un llanto se escuchó.

Pablo me empujó y se acercó a Abi.

-¿Que paso Abi?- Le dijo Pablo.

Abi no respondió, solo abrió sus brazos, Pablo la alzó y le dió su chupete (digan cómo se dice en España plis).

-Mira Abi, tu padre ya está aqui- Dijo Pablo, señalando a mi.

Pero Abi solo se escondió en el cuello de Pablo, quien hundía con su aroma a miel la casa.

-¿Quien se cree para hacerle eso a su padre?- Decía Pedri y Pablo se rió.

-Quiza sigue cansada, dejala que siga durmiendo- Dijo Pablo.

-Que no la defiendas- Dije. -Bueno, ¿tu sabes para que te he contratado, no?- Pregunté y Pablo nego.

-¿Cómo que no? Si yo te he pasado información de la enana esa y de mi- Dije.

-Esque no tuve tiempo para leerlo todo, pero el tipo ese alto, me ha dicho un poco-

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