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Pasaron dos días de la pelea que tuve con Pedri.

Tenía muchos mensajes de el, al igual que llamadas, que no fueron contestadas.

Estaba en el cuarto de invitados, últimamente no dormía nada, siquiera comía tanto, cosas que preocupaban mucho a Ansu y Fermín.

Era temprano aún, mi cara estaba fatal, tenía marcas de lágrimas secas por mis cachetes, los ojos los tenía algo hinchados de tanto llorar.

Porque aún me seguía doliendo, solo quería que esto fuera un sueño o una broma, que todo estaba bien y vivía feliz con Pedro.

Me sorprendía lo cuánto que cambie en estos últimos dos días, apenas y me levantaba de la cama y siquiera salía de la casa.

—¿Estás mejor?— Pregunto Ansu, entrando a la habitación, sacándome de mi cabeza.

—Si— Menti, no era para nada cierto.

—Bien, ¿Queres salir?—

—No, gracias Ansu, no tengo ganas— Respondí, a lo que Ansu me dió una leve sonrisa y salió de la habitación.

Cuando salió Ansu, iba a volver a dormir, pero Fermín entro.

—Ansu se lo creerá, pero yo no, Pablo— Comento Fermín. —Tu no estás bien, Pablo— Fermín se sentó en la cama.

Hice una mueca, Fermín me conocía muy bien.

—Confié en el, me duele porque...— Me mordí el labio, iba a volver a llorar. —Nose, yo pensé que el también me amaba—

—Lo se, mira, tu no te dejes caer por el gilipollas, el que se vaya a tomar por culo, pero tú, no te vais a dejar caer y vas a seguir tu sueño— Motivo Fermín, lo que si pudo, ya que me hizo reír.

—Gracias, Fermín— El me revolvió el pelo y se fue de la habitación, dejándome solo.

Solo suspiré y me volví a dormir, después de todo, esa era mi nueva rutina.

···

Pedri-

Luego de esa discusión que tuve con Pablo, iba a seguirlo, pero no pude por Abi.

Los últimos dos días, no había dormido nada, no comía, había estado faltando al entrenamiento, no tenía ganas de nada, estaba terrible.

Ferran había venido a cuidarme, ya que según el, estaba horrible.

Mientras yo dormía, el cuidaba a Abi, quien preguntaba todo el tiempo, cuando volvía Pablo.

—¿Cuando vuelve mami?— Pregunto Abi.

—No lo se, princesa— Respondí desanimado.

Podría estar mal, pero eso no significa no darle importancia a Abi, después de todo, ella no tenía nada que ver.

—¿Pol qué no apalece?— Pregunto nuevamente.

Me quedé callado, no sabía que responder.

—Se fue a disfrutar un rato con sus amigos—

—¿Y pol que no fuiste—

—Porque tengo que trabajar—

—¿Mami me extrala?— Me rompió el corazón.

—Obvio que te extraña, princesa— Abi sonrió a lo que dije.

—Dile que yo lo extralo también—

Sonreí y saque mi móvil y empecé a grabar a Abi, para después mandárselo a Pablo.

—¡Mami te extralo! ¡Te quiero muchoo!— Dijo Abi, alargando un poco la "o" yo sonreía, tratando de no llorar, no quería llorar delante de ella.

NiñeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora