·Extra·

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Era la segunda vez que iba a otro concierto, pero esta vez de Taylor Swift.

Estaba tan feliz, no me lo creía que estaba en un concierto de Taylor con Pedri.

Estábamos al fondo del todo, para tener privacidad y que no reconozcan a Pedri, pues nuestra relación aún no era pública, ya que aún no estaba listo.

Cantaba tan feliz Fearless, hasta que tocó
Love Story, me encantaba está canción.

Miraba para todos lados para ver cuántas personas les proponían matrimonio.

·Romeo, save me, I've been feeling so alone. I keep waiting for you but you never come·

Pedri tenía su mano en mi contra, mientras me daba besos en la cabeza, hasta que se aleja y lo miro.

·In this my head? I don't know what to think. He knelt to the ground and pulled out a ring·

Cuando lo mire, estaba arrodillado con una mini caja, que llevaba adentro un anillo.

·And said "Marry me, Juliet. You never have to be alone, I love you and that's all I really know·

Yo no lo podía creer, iba a llorar, pero Pedri habló.

—Pablo, eres el amor de mi vida y madre de mis hijas, y sabes que te amo, por eso, quiero saber ¿Si queréis casarte conmigo?— Ni lo pensé dos veces y asentí.

—¡Si, contigo lo que sea!— El se paró y nos abrazamos, yo lloraba, era mi sueño que me propongan matrimonio con esta canción.

—Te amo, Pablo Páez— Habló Pedro en mi oído.

—Y yo a ti, Pedro González— Nos separamos del abrazo y nos besamos.

Cuando nos separamos del beso, el se agachó a la altura de mí vientre que poco a poco crecía más.

—Y también a ti— Dio un beso en mí vientre de 5 meses.

Pedro se había vuelto muy protector conmigo y Abi, desde que le dije que íbamos a ser cuatro en la familia.

Abi también, cada día preguntaba cuando iba a nacer su hermanito o hermanita.

···

Aveces no me gustaba estar embarazado, muchas nauseas y vómitos.

Los cansancios que tenía frecuentemente, ni hablar los cambios de humores que tenía.

Lo único que amaba, eran los antojos.

Eran las cuatro de la mañana, justo me había entrado el antojo de un helado de vainilla con chocolate y con fresas.

—Pedro— Lo moví suavemente, para despertarlo.

—¿Que paso?— Se despertó rápido.

—Shh, que despiertas a Abi— Los dos miramos a Abi quien dormía en el medio de nosotros.

—¿Que paso, corazón?— se volvió a acostar.

—¿Me puedes traer helado de vainilla con chocolate y fresas?— Le rogué.

Pedro vio la hora y suspiro. —Mi amor, son las 4 de la mañana—

—Lo dices como si no tuviera a tu hija dentro mío, te recuerdo que tengo a tu hija— Le hable enojado, a lo que el suspiro y se levantó.

—Voy, pero no te duermas— Yo asentí y el salió de la habitación.

Cuando ya no pude escuchar los pasos de Pedro, saque mis chuches que había escondido, para que Pedri no se de cuenta.

NiñeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora