Pasaron tres días desde la supuesta Tregua que Taehyung creyó había logrado hacer. Tal vez hasta habían forjado una amistad, pero Jungkook volvió a darle normas que acatar, al principio las aceptó, cumplió sin quejas y encima no le dio la contraria a Jungkook. Pero Taehyung se hartó, y es que él jamás dejó qué lo tratarán de esa forma, solo quería que el vino Carmín diera fruto. Y cuando hace unos días le dijo a Jungkook si había cambiado de opinión él simplemente dijo "No" "No creo que estés capacitado"
Esa Tregua no valió para nada, bueno, solo para guardar un bonito recuerdo.
Entre lágrimas había hecho una huelga de hambre encerrado en su habitación. Los hermanos de Jungkook le hacían saber de la cena, pero respondía qué no bajaría. Otras veces le subían la comida, pero aún así no lo recibía. A veces escuchaba como Hoseok y Heeseung le reprochaban a Jungkook sobre mi actitud desagiante, porque según Taehyung había actuado como un total sumiso a la espera de una respuesta positiva en Jungkook. Esperando una reaccion alegre o satisfecha, pero el hombre no daba su brazo a torcer.
Y hoy se repite lo mismo, como se negó a bajar por el desayuno, escuchó los alaridos de Jungkook. "Si no quiere comer, pues que se muera de hambre. No le va a durar mucho tiempo el encierro, en algún momento tendra que bajar"
Después de eso se metió al baño para sentarse bajo la ducha a llorar, igual o peor que cualquier otro día. Pasaron dos horas hasta que dejó de llorar, se miró en el espejo y se levantó para darse palmadas en el rostro.
-¿Qué te ocurre Taehyung? -se miró en el espejo-. ¿Cómo es que dejaste qué te pisotearan? Este es tu trabajo, tu lo planificaste, tu eres el líder no ese ogro mandón que te manipuló a su antojo.
Esta vez sería diferente a las demás, es que por un momento se olvidó que ese contrato estaba siendo incumplido, manipulado y él podía hacer lo mismo, pero no... Él iría a por lo legal. Haber si así Jungkook recapacitaba en su forma de actuar. Su comportamiento machista y su orgullo al creerse superior a todos, es algo que dejaron al libre albedrío. Pero no Taehyung, no dejaría que otro hombre volviera a pisotear sus ideales, aunque muera en el intento.
Calmadamente se secó y vistió para salir del baño con la toalla sacudiendo su cabello. Todo con tranquilidad hasta que escucho que alguien tocaba la puerta, por un momento creyó que sería Hoseok pidiéndole qué saliera de su encierro.
-Taehyung soy yo Seokjin -tocó la puerta-. Traje el desayuno, helado y un amigo con quien hablar mal de esa sombría alma llamada Jungkook.
Taehyung rio, porque Jin era quien le traía alimento y era el único a quien le recibía.
-Debo decirte algo, traté qué las cosas fueran a tu ritmo y tomes decisiones, pero ya es momento de levantarte y reclamar tus derechos.
-Jin no se que me ocurrió, me dejé mangonear por ese hombre -sintió un escalofrío qué le erizó la piel. Obedecer sin la posibilidad de replicar, recordar como agachaba la cabeza con las piernas temblorosas, el sonido de una risa y el toque de palmaditas en su cabeza, le trajo un deyavu. Sus ojos se llenaron de lágrimas y volvió a sentirse asustado.
-Tae, Taehyung. Oye, ¿me escuchas? -lo llama preocupado de que no responda. Se acerca y lo abraza -Taehyung joder, pensé que ya lo habías superado. Reaccionaste bien a las terapias.
-Lo hice, pero sus recuerdos han vuelto... Y no quiero volver a pasar por algo así. No quiero Jin -se aferró a su único amigo.
-Esta bien, yo estoy aquí para cuidarte, puedes contar conmigo. No dejaré que nadie te vuelva a ser daño.
Pasaron dos horas hasta que Taehyung se sintió mucho más calmado. Se dio unos golpecitos en el rostro, comió y salió apresurado con Seokjin a tomar el caballo de Jungkook. Haría de las suyas una vez más y que mejor que romper el muro de contención de Jungkook.
ESTÁS LEYENDO
Un amor entre tú y yo, es algo que jamás pensé volver a vivir
Hayran KurguTaehyung cada mañana se levantaba muy temprano esperando la entrega de una carta. Siempre bajaba con una sonrisa en el rostro cada vez que anunciaban que tenía correo. Revisaba su buzón, y una vez más su corazón se rompía, llevándolo a una triste so...