VICTORIA
Desgraciadamente, no tardan demasiado en atraparme. Supongo que el dolor en mis costillas y el persistente mareo después de la llamada me vuelven algo lenta.
Además, Nath me ha visto venir desde lejos, sabía que intentaría escaparme. Ni siquiera había terminado de subirme a la ventana cuando ya me tenían atrapada por los pies. Eso no dejaba mi imagen en buen lugar frente a la policía.
Ups.
—¡Soltadme, orangutanes con uniforme!
—Vicky, no insultes a la policía. —La voz de Nathan ha pasado de la diversión al cansancio a lo largo del trayecto—. Anoche la golpearon muy fuerte en la cabeza, no se lo tengan en cuenta.
—¡Yo sí que voy a golpearte en la cabeza como no consigas que me bajen inmediatamente!
—No habréis traído una mordaza, ¿verdad?
Llegamos a la comisaría y puedo sentir cómo todos nos miran, estamos dando un espectáculo y no me importa.
No quiero estar aquí, odio esta clase de lugares. No confío en la policía, la justicia no sirve para nada, no defienden al inocente..., es un engaño. La única justicia en la que confío es en la de mis puños, en la que yo misma hago.
Me obligo a admitir para mí que estoy asustada por la llamada de Farley. No quiero decir algo que no deba y poner en peligro a mi familia, no quiero cagarla, no puedo hacerlo.
Sé lo que hace con los chivatos, no es agradable y, desde luego, ni me plantearía la tontería de protección de testigos, Colton parece tener en nómina al tipo que dirige el programa.
Ojalá pudieran ir a por él y pegarle un tiro en la cabeza, eso haría mi vida mucho más sencilla.
Así que, aunque preferiría salir corriendo de aquí, me limito a fingir calma y seguir al idiota de Carter hasta la sala de interrogatorios.
Que Dios me ayude, me tiemblan las piernas y me late el corazón tan fuerte que siento que puede estallar. Si digo la verdad..., ¿podrán ayudarme? ¿Podrán proteger a mi hijo y a mi hermana?
No, no voy a caer en eso otra vez. Aquí no pueden ayudarme, lo sé. Debo aparentar y fingir hasta conseguir salir de aquí sin revelar nada.
CARTER
Seguimos mirándonos fijamente. Su mente parece trabajar a mil por hora tratando de darme una respuesta. Yo solo quiero la verdad.
—Adrien te escribió mensajes y te llamó durante toda la noche. ¿Por qué?
No dice nada, así que finalmente le muestro los mensajes con la esperanza de que eso la empuje a hablar.
—Escucha, yo no tengo nada que ver con esto. Y la única razón por la que estoy colaborando con gente como tú es porque es la forma más rápida de salir de aquí —me dice—. Además, Nathan me ha pedido que sea buena contigo, no tientes a tu suerte, Carter.
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Victoria - Bilogía Invicta
Genç KurguLa vida de Victoria González es un desastre. Es una mamá osa protectora que boxea de noche y sirve mesas de día y, aun así, apenas puede llegar a fin de mes. Lo que menos necesita es un guapo y sexy inspector vigilando su trasero a cada paso, menos...