One piece - El Viaje de un Rey ✔️

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Descargo de responsabilidad: No soy dueño de One Piece

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Capítulo 11

Water seven

En la ciudad flotante de Water Seven, la compañía Galley-La trabajaba duro. Con la aparición del nuevo Rey Pirata, el resurgimiento de Piratas que inundaban el Grand Line no era ninguna broma.

El Muelle Uno estaba normalmente inundado de peticiones, pero hoy se habían despejado por completo, todo en preparación de un invitado muy especial. Iceberg les esperaba pacientemente. Su secretaria era la mejor cuando se trataba de recopilar información, así que lo supo inmediatamente en cuanto su barco zarpó hacia el puerto.

A su lado, una mujer conocida se subió las gafas a la nariz. A su lado, vestía un ajustado traje de negocios que realzaba su curvilínea figura. Sus grandes pechos se apretujaban tentadoramente en aquel top ajustado, y sus anchas caderas rellenaban una falda ceñida. Ella misma no lo sabía, pero tenía exactamente el tipo de figura de reloj de arena que se ha convertido en estándar en la tripulación del Rey Pirata.

"Deberían llegar pronto". Dijo escuetamente, echando un breve vistazo al portapapeles que mantenía firmemente apretado contra su redondo pecho.

Su presencia fue anunciada por los jadeos y vítores de la multitud. La compañía Galley-La se giró para ver una cara familiar, con una tripulación desconocida.

Monkey D. Luffy, el Rey de los Piratas, entraba en el muelle con una docena de bellezas que le seguían de cerca.

Iceberg les saludó despreocupadamente: "Me alegro de volver a veros, Luffy, Nami... Nico Robin".

Luffy ni siquiera le miró, en lugar de eso, se quedó mirando a la hermosa y apilada mujer que tenía a su lado.

"¡¿Eeh?!" Gritó Nami al verlos a los dos allí. Señaló con firmeza a la secretaria: "¡¿Qué haces aquí?!".

Kalifa, antiguo agente del Cipher Pol, sonrió satisfecho: "Tras la caída del gobierno mundial, me retiré de mi puesto como agente gubernamental y regresé aquí. Por suerte, Iceberg estaba más que encantado de contar de nuevo con mis servicios...".

Iceberg se rascó el pelo: "Bueno... es muy buena en su trabajo...".

Kalifa sonrió victoriosa, pero internamente sus pensamientos estaban en otra parte. Sus ojos brillaban mientras miraba al mismísimo Rey Pirata, ahora aquí en carne y hueso, justo delante de ella. El hombre fuerte y poderoso que conquistó el mundo y reclamó su lugar en la cima. El hombre que derrotó a Rob Luchi, alguien que ella creía firmemente intocable. Sus ojos se detuvieron en silencio durante unos segundos en su pecho ancho y cincelado.

"En fin", continuó Iceberg, mirando a Luffy, "¿qué puede hacer mi humilde empresa por ti...?".

Tratar con los Galley-La fue mucho más agradable esta vez. Tenían la riqueza para pagar cualquier tarifa, y las mentes agudas para dar a Iceberg los planos detallados que tenían para su propio Sunny. Las modificaciones que estaban haciendo no serían nada extrañas.

Iceberg se mostró bastante escéptico al oír sus planes, así que, con Kalifa a remolque, bajaron a los muelles para examinar el Sunny. Por supuesto, Iceberg fue rechazado en la pasarela, no se le permitió entrar en el barco bajo la amenaza de docenas de flechas Kuja. Así que no hubo más remedio que dejar que Kalifa se encargara de la inspección.