Harry Styles, un detective forense. Louis Tomlinson, el policía encargado de la investigación. Tras volver de un interrogatorio, el cuerpo de la víctima ha desaparecido. ¿Qué ocurre cuándo todos parecen sospechosos?
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Londres, Inglaterra 17 de marzo, 2017
Harry se encontraba en el laboratorio, rodeado de equipos y monitores que parpadeaban con información. La tarde se deslizaba lentamente a través de las persianas cerradas, creando una atmósfera tan misteriosa como el caso en la habitación. Su mirada estaba fija en el informe que tenía delante, mientras sus dedos ágiles tecleaban el teclado del ordenador.
El forense había estado analizando los detalles del caso durante horas, cada pista y cada pieza del rompecabezas eran cruciales para desentrañar la verdad detrás del asesinato. Una bala perdida había impactado en el pie de Josh, ¿cómo podían haberlo estado ignorando? Harry se sentía culpable por no haberse centrado en la única prueba física que le quedaba.
Finalmente, encontró lo que había estado buscando. Había una peculiaridad en la bala que había impactado en el pie de Josh. Aparentemente, había sido disparada con una precisión inusual según el informe. Era como si estuviera destinada a herir a alguien específicamente, y de repente, la idea de que alguien hubiera apuntado deliberadamente a Josh lo inquietaba profundamente.
Alguien, por algún motivo que desafortunadamente aún desconocía, tenía razones para inducir esa bala en el cuerpo del profesor de gimnasia.
Harry se pasó una mano por los rizos desordenados mientras continuaba analizando la evidencia en la pantalla. Necesitaba hablar con Louis al respecto, compartir sus preocupaciones y hallazgos. Aunque no sabía si eso ayudaría a resolver el caso, sentía que era su deber hacerlo.
Con determinación, Harry se levantó de su silla y se dirigió hacia la puerta del laboratorio. Cada paso resonaba en el silencio de la sala, creando un eco de anticipación en su interior. Louis estaría en su oficina, probablemente organizando el próximo interrogatorio. Pero justo cuando estaban a punto de cruzarse en el estrecho pasillo, ocurrió.
El choque fue inesperado, y el contenido de la taza de café que Louis tenía en su mano derecha amenazó con derramarse sobre Harry. En un instante, el policía reaccionó con una agilidad sorprendente. Con una mano en la cintura de Harry para estabilizarlo, y la otra manteniendo la taza de café, evitó que el desastre ocurriera.
La tensión en el pasillo se intensificó, y el silencio se hizo aún más pronunciado. Los ojos de Louis se encontraron con los de Harry, y una sonrisa nerviosa se dibujó en los labios de ambos. La mano de Louis permanecía en la cintura de Harry, mientras que la taza de café pendía en el aire.
—¿Así me das los buenos días, Styles? —Murmuró con una diversión evidente en su voz.
Harry sonrió, sintiendo el corazón latir con fuerza. —¿Ya ha dejado la formalidad definitivamente?
Louis rió suavemente, una risa contagiosa que llenó el pasillo. Harry jamás esperó que el de ojos zafiro se inclinase hacia su oído, pero si algo había aprendido, es que Louis Tomlinson era totalmente imprevisible.
—No finjas que no te calienta que te llame por tu apellido.
Harry rió y subió la vista hacia la taza de café que sostenía Louis. —¿Ese café es para mí?
Louis asintió, aún con la mano en la cintura de Harry. —No has salido de ese laboratorio en toda la mañana. Dos terrones de azúcar y tres de café, ¿verdad?
Harry se sintió atraído por la cercanía de Louis y su coqueta sonrisa. —Todo un salvador, ¿debería pedir que te dieran una medalla de honor?
La mano de Louis abandonó la cintura de Harry, pero esta vez encontró su mejilla cálida por el sonrojo cada vez más notorio, pellizcándola con gracia. —Me alegra que hayas dejado las formalidades también. Sobre la medalla, me conformo con verte en la sala 7 en quince minutos.
Tal y como dijo, quince minutos más tarde, Andrew estaba frente a ambos. La sala de interrogatorios estaba impregnada de una tensa atmósfera, iluminada por una luz fría que arrojaba sombras en las paredes blancas. En un lado de la mesa, Louis miraba fijamente al sospechoso, quien tenía un aspecto nervioso y ojeroso. Sentado junto a Louis, Harry esperaba pacientemente hasta que el ojiazul tomase la palabra.
—Andrew Garfield, estamos aquí el forense Styles y yo, el agente Tomlinson para aclarar algunas cosas. Sabemos que tuvo un mal encuentro con Josh Smith, ¿podría darnos los detalles de qué le llevaron a golpearlo?
El castaño parecía extremadamente nervioso mientras respondía. —Sí, por supuesto. Josh apareció de madrugada aquel día, era el cumpleaños de las niñas y él... Él estaba borracho, pude olerlo nada más abrí la puerta. Anna y Melissa se asustaron, al igual que Sarah, él sólo gritaba insultos horribles hacia ella. Pero no fue hasta que intentó entrar en la casa, amenazando con llevarse a las niñas que me vi obligado a actuar. Tan sólo le pegué un puñetazo y le grité que no volviese a molestarlas, lo necesario para alejarlo de la puerta y así cerrarla. Afortunadamente no volvió.
Harry interrumpió con calma. —Señor Garfield, ¿entiende que esto le hace el único sospechoso que atacó físicamente a la víctima?
Andrew se pasó una mano por el cabello y pareció luchar por encontrar las palabras. —Miren, haría todo por proteger tanto a Sarah como a las niñas. Vi el terror en los ojos de esas pequeñas, en los de Sarah, actué de manera impulsiva, lo primero que pensé para alejarlo lo más rápido que pude de ellas. Pero no soy un asesino, jamás podría volver a mirarlas a la cara si hubiese hecho algo así.
Louis asintió y continuó él esta vez. —Entiendo, señor Garfiel, pero resulta que hemos encontrado una bala en el pie del señor Smith. ¿Tienes alguna explicación para eso?
El sospechoso parecía angustiado mientras respondía, sus manos temblando en nerviosismo. —No sé de qué bala están hablando, pero puedo proporcionar una prueba. Yo estuve en Birmingham toda la semana, pueden comprobarlo en los billetes.
Louis y Harry compartieron una mirada de resignación, sabían que no mentía. Aunque las intenciones parecían incriminatorias, Andrew seguía sosteniendo su coartada. La presión de la sala de interrogatorios se hizo aún más evidente. El rizado decidió intervenir de nuevo, suspirando antes de hablar.
—Está bien, señor Garfield. Continuaremos investigando y revisaremos sus pruebas. Si es inocente, queremos asegurarnos de encontrar al verdadero culpable, ¿conoce a alguien que pudiera querer al señor Smith sin vida?
El castaño asintió con gratitud, sus ojos llenos de lágrimas. —Sarah me ha comentado en varias ocasiones que él solía emborracharse en Simmons, un bar de Royal Mint Street. No es un barrio muy... Favorable, y Sarah siempre sospechó que no sólo iba a beber.
Con eso, el interrogatorio llegó a su fin, y Andrew fue liberado bajo fianza mientras la investigación continuaba. Louis y Harry se enfrentaban a un enigma complicado, una lucha por descubrir si Josh Smith era realmente una buena persona o si las apariencias eran engañosas.
Y estaban cerca de descubrirlo, entre muchas otras cosas.