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Londres, Inglaterra20 de marzo, 2017

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Londres, Inglaterra
20 de marzo, 2017

El atardecer pintaba el cielo londinense con tonalidades doradas y rosadas cuando Louis miró por décima vez en los últimos dos minutos la puerta de Harry.

South Kensington, número siete.

Los latidos de su corazón aumentaron en anticipación mientras esperaba a que el rizado apareciera cuando bajó del coche hasta acercarse al umbral, tocando el timbre. Cuando finalmente emergió de la puerta, la expresión de Louis pasó de la expectación a la admiración instantánea.

Harry vestía un brillante traje de Alexander McQueen, concretamente un paisley multicolor hecho a medida y una camisa de seda color crema. Abrazaba cada línea de su figura, resaltando la elegancia natural que siempre parecía llevar consigo. El color del traje resaltaba los destellos esmeralda en sus ojos, y la camisa debajo acentuaba su tez suave. Louis se quedó sin aliento por un momento, admirando la combinación de sofisticación y luz que Harry irradiaba.

—¿De qué sueño has salido? —Fue todo lo que Louis pudo articular mientras dejaba escapar una sonrisa nerviosa. La sangre se precipitó a las mejillas del rizado mientras en ellas aparecieron un par de hoyuelos.

Harry, por su parte, no se quedó atrás. Louis lucía una figura elegante con su traje gris perfectamente confeccionado y adornado con un fino cuadro,  añadiendo una elegante corbata negra con finos ribetes blancos sobre su impecable camisa blanca de vestir. El ojiverde no pudo evitar notar cómo el esmoquin se ajustaba perfectamente a cada curva, haciendo que su corazón latiera aún más rápido.

—Creo que yo debería preguntar eso. —Dijo Harry con una sonrisa sincera.

Louis, recuperando la compostura, le ofreció el brazo a Harry con un gesto caballeroso. —¿Vamos?

El camino en coche hacia el Ritz fue una mezcla de risas nerviosas y conversaciones ligeras, ambos sumidos en la emoción del momento. Cuando llegaron, las luces exteriores brillaban con elegancia, creando un ambiente de cuento de hadas. Louis se apresuró a abrir la puerta del copiloto para Harry, revelando una mirada de adoración en sus ojos. El simple gesto dejó a Harry sintiéndose como si estuviera en una película romántica.

No Body, No Crime | L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora