Poemas De Una Mente Cansada.

Brillando

Brillo al sol de la tarde, mis ojos marrones anaranjadose por sus rayos.

Dulce música sonando en mis oídos a la vez que piso el mismo hormigón de todos los días.

Pero hoy es diferente.

Y es diferente por que tú ocupas mis pensamientos.

Y estoy brillando al sol de la tarde mas fervosamente que nunca.

Las escasas nubes bailan en el cielo azul, contentas de saludarme.
Y la melodía que el viento acuna hace flotar las hojas secas que crujen imitando el ruido de unas alegres maracas.

El sol, satisfecho, empieza a hundirse lentamente en las montañas nubladas, acariciando las copas de sus adormecidos árboles.

Acentuando sus últimas luces con una lucidez única de un sueño, las nubes se empiezan a sonrojar de cariño y se vuelven rosadas en su vergüenza.
El cielo las abraza en un mar de tonos violeta mientras el sol se esconde, haciéndoles comprender que las ama.

Que me ama.

 
Aún habiendo luz anaranjada, esta se vuelve más tenue, y en su suavidad, las luces de las farolas y los semáforos de la ciudad se hacen mas luminosas.
Pero aún no es negra noche.

 
Sonrió ante el espectáculo de luces y colores que se reflejan en mi alma.
Y sigo brillando.

 
Sigo brillando porque ahora las estrellas se despiertan de su largo sueño y salen a caminar.
Pasean felices, contando anécdotas con sus amigas y riendo y bebiendo como si no lo hubieran hecho en años.

Y cuando lo ve,
 
Y la luna se asoma a saludar en el cada vez mas suave cielo color lila.
Es preciosa, más que nunca.

 
Su luz blanca ilumina todos los recovecos de las calles sin siquiera intentarlo.
Sonríe al vislumbrar a sus amigas reunidas.
Y se siente en su hogar.

 
La miro y me devuelve la mirada, una mirada cálida que me hace olvidar el frío del ayer.
Es preciosa, más que nunca.

 
Y el fragor de su pura energía me hace brillar una vez más.
Y el mundo entero parece detenerse por un segundo.
Y anochece.
Y empieza a hacer frío.
Pero sigo brillando.