Primer libro de la serie "Chicas y mentiras"
Sue Abney tenía un secreto.
Serenity, Kate, Uxue y Mary han decidido descubrirlo.
***Advertencia: Esta historia contiene temas sensibles como el suicidio, ansiedad y acoso***
(Feb-2020 / 02-ago-2024)
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Después de enfrentar aquella desilusión, pareció que cada una quiso encerrarse en su vida y, en cuanto Kate volvió a guardar el cartón, ninguna mencionó el incidente. En el fondo sabía que era el fin y que, probablemente, solo debíamos desenmascarar al acosador e investigar su relación con Sue. Mientras tanto, tuve que pasar minutos en un silencio incómodo. Entonces recordé mi teoría de horas atrás y, aprovechando que todas estaban ocupadas en sus asuntos, me levanté y dije en voz baja que iría al baño. Nadie me prestó atención y lo agradecí.
Caminé hacia la cocina, porque el ama de llaves pasaba la mayor parte del tiempo ahí y era la única persona que podía decirme en donde se encontraba Oliver. En cuanto puse un pie en ese lugar tan lujoso escuché gritos y sonidos de ollas. Pensé que lo mejor era irme y llevar a cabo el plan en otra ocasión, pero en eso el encargado se dio cuenta de mi presencia. Su expresión de enojo cambió a impasible y se acercó a mí con ese andar tan elegante que le caracterizaba.
-Señorita Serenity, ¿en qué puedo ayudarla? -preguntó con monotonía.
-Disculpe, ¿sabe dónde está Oliver?
Le fue inevitable fruncir el ceño por la pregunta, aunque en poco tiempo logró regresar a la normalidad.
-Lo mandé a comprar unas cosas que faltan para la cena, no sé si ya se fue.
-Gracias.
Asintió y, sin esperar otra pregunta, regresó a hablar con el chef. Decidí aprovechar esa distracción para salir de la mansión y buscar a Oliver. Cerré la puerta principal con cuidado y observé mi alrededor. El auto estaba en el mismo lugar y lo demás parecía estar abandonado, algo curioso ya que siempre veía a los jardineros trabajar o platicar mientras comían. Luego, a lo lejos, miré a Oliver caminar hacia la enorme salida de la casa Shepard, a punto de llegar a la gran verja. Entonces corrí, lo más rápido que pude y sin detenerme a pensar en las consecuencias. Lo único que necesitaba eran respuestas.
Llegué frente suyo una vez que ya se encontraba en la calle, detuvo su andar, pero yo tuve que quedarme quieta un momento para recuperar la respiración.
Tomé un poco de aire, aún no estaba lista para hablar.
-Eres tú, ¿verdad?
Oliver se cruzó de brazos.
-¿De qué hablas?
-Tú eres quien nos vigila y amenaza -mencioné sin vacilar-. No lo niegues, sé que te quedaste afuera de la escuela. -Oliver soltó un suspiro y llevó su mano derecha a sus ojos-. ¿Por qué lo haces? ¿Qué te hicimos?
-Serenity, no es lo que parece. -Trató de acercarse a mí, pero di un paso hacia atrás-. Es un riesgo si te lo digo aquí en la calle, pero lo único que puedo asegurarte es que todo lo hago para proteger a Kate.
