Primer libro de la serie "Chicas y mentiras"
Sue Abney tenía un secreto.
Serenity, Kate, Uxue y Mary han decidido descubrirlo.
***Advertencia: Esta historia contiene temas sensibles como el suicidio, ansiedad y acoso***
(Feb-2020 / 02-ago-2024)
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Liverpool, Inglaterra
2018:
Llegué a nuestro lugar favorito de la escuela, era el punto de reunión para cada vez que teníamos algo muy importante que decir o cuando ansiábamos un poco de silencio para estudiar para exámenes importantes.
Esa mañana en especial el clima era frío, por lo que llevaba puesto un suéter delgado cubriéndome hasta el cuello, también traía en mis manos mi termo favorito con un té muy caliente, esperando que fuera suficiente para olvidarme del frío por un momento.
Saludé a mis amigas y me quedé parada frente a ellas, no pensaba sentarme en aquellos asientos de metal como lo hizo Uxue, quien se abrazaba a sí misma tratando de quitarse el frío, mis otras dos amigas se encontraban de pie. Kate se movía impaciente en su lugar y Mary observaba el piso sin ninguna emoción en su rostro.
—¿Sue aún no llega? —pregunté.
Era extraño. Ella nos había citado el día anterior antes de irse a casa. Parecía bastante intranquila y deseosa de contarnos que pasaba.
—Tengo algo muy importante que decirles —mencionó—. Será mañana temprano, en el lugar de siempre. No falten.
Después de eso, salió corriendo y no volvimos a escuchar de ella por el resto de la tarde, ni por la noche. Pensé que había tenido un día bastante ocupado en el trabajo o resolviendo eso que nos contaría esa misma mañana y por esa razón no me atreví a mandarle mensaje preguntando por una tarea pendiente.
—No —dijo Uxue—. Y me estoy congelando, espero que se dé prisa.
Mary vio su reloj, luego soltó un largo suspiro.
—No creo que Sue llegue. Faltan dos minutos para que empiecen las clases.
—Pienso que lo mejor es irnos —opinó Kate.
—Esperemos un poco más —alenté.
Conocía a Sue, ella jamás nos dejaría plantadas y menos si se trataba de algo muy importante. Solo debíamos esperar un poco más. Aunque también sabía que a Kate le encantaba llegar temprano a clases.
—No va a venir ahora —dijo Kate—. Hablamos con ella en la hora del almuerzo.
—Pero...
Mary me interrumpió.
—Es lo mejor. No hay que perderse la primera clase.
El timbre sonó y las tres se fueron del lugar. Yo esperé un minuto más porque tenía la pequeña esperanza de que apareciera. Pero, por supuesto, Sue no llegó.
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Nuestra amiga no apareció en todo el día, lo cual comenzaba a preocuparme. ¿Y si algo muy malo había pasado? Muchas preguntas pasaban por mi mente a cada minuto, estaba angustiada y ese sentimiento aumentaba a cada segundo, en especial porque Sue no contestaba los mensajes que le dejábamos.