14. Sorpresas

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Confieso que, de cierta forma, sentí que el tema de las notas era mi culpa

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Confieso que, de cierta forma, sentí que el tema de las notas era mi culpa... Si no hubiera sido tan distraída porque quería resolver el misterio sobre la muerte de una de mis mejores amigas, nada de eso hubiera sucedido. Por lo que decidí —después de leer la nota y escuchar la paranoia de Uxue— que la Serenity Gardener que se enteraba a lo último de todo lo sucedido a su alrededor, no existiría más. Y para demostrar que mi cambio era sincero, le pedí a Uxue la nota antes de irnos a clases. Una vez en el aula, saqué el papel que dejaron en mi mochila y con detenimiento comparé la caligrafía. En el primero era casi imposible distinguir lo que el remitente quiso transmitir, mientras que en el segundo las letras parecían ser escritas con paciencia y cuidando bastante su ortografía y gramática. Estas diferencias tan notorias y grandes me desorientaron por completo, ¿se trataba de la misma persona? ¿El asesino tenía un cómplice? Un escalofrío me recorrió el cuerpo al pensar en la última teoría, si llegaba a ser cierta, quería decir que tenían más oportunidades de vigilarnos y obtener algo con que amenazarnos.

Doblé y guardé ambas advertencias en la funda del celular, después me acomodé en el asiento y fingí poner atención a la clase. Era extraño como, de un segundo a otro, mis compañeros se convirtieron en sospechosos. Esos rostros amables podrían apuñalarme en cualquier segundo, esas acciones tan inocentes tal vez llevaban otra intención, y por esa razón quise irme del aula en ese instante. Además, tuve el presentimiento de que no había marcha atrás al...

—Atención —se escuchó en los altavoces y el profesor dejó de hablar, haciendo notar su descontento—. Se necesita la presencia urgente de las siguientes alumnas en dirección. Serenity Gardener. Uxue Hamilton. Y Kate Shepard.

Repitieron el mensaje dos veces más por culpa de los ridículos protocolos. Cuando terminaron, logré escuchar unos cuantos murmullos y risas, también sentí las miradas curiosas de los demás sobre mí mientras me levantaba del asiento y escuchaba al profesor decir la tarea para la siguiente clase.

Salí del aula con el ánimo hasta el suelo, el pasillo estaba vacío y me hizo recordar las pesadillas que tuve con Sue. Respiré hondo y caminé con normalidad hacia la dirección.

Antes de abrir la puerta para hablar con la secretaria del director, llegaron Uxue y Kate corriendo, me pareció extraño que la pelinegra apenas apareciera, ya que de las cinco siempre fue la más puntual.

—¿Qué mierda está pasando? —preguntó Uxue—. ¿Para qué nos quieren ver?

—No tengo idea —le respondí.

—Espero que no sea lo que estoy pensando —susurró Kate—. Porque, si es así, estaremos perdidas.

Cansada por no saber qué sucedía, abrí la puerta. La secretaria dio un pequeño salto en su lugar y tiró algunos papeles que tenía en las manos, se notó asustada por nuestra presencia y por ver aquellos documentos en el suelo. Los recogió con rapidez y luego le avisó al director que ya habíamos llegado. Más tarde, la puerta de dirección se abrió.

El secreto de Sue Abney (C&M#1) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora