Una aberración a la naturaleza que llamará la atención de cientos de enemigos del rey del infierno está por nacer. Min Yoongi deberá proteger no solo su reino o a su esposo, sino también a su hijo.
Pero Jimin deberá poner de su parte ya que está pag...
Los arcángeles aceptaron aquel día liberando a Jimin de la maldición. El ahora rey del infierno junto con Yoongi reinaban con soberanía creando una nueva era de paz entre el inframundo y el paraíso. Algo nunca antes visto era que los demonios y celestiales no peleaban cuando se topaban por los aires o por la tierra. Incluso la tasa de muertes provocadas por los demonios a humanos bajó.
Todo eso gracias a la familia HeavHell.
Jungkook creció hermosamente al igual que su par de alas negras que en ocasiones se tornaban blancas con destellos dorados. Jimin dejó de lado los deseos de regresar al paraíso puesto que le cogió un amor inmenso a los súbditos infernales pero sobretodo a su familia.
Min Yoongi quien antes de conocer a Jimin era cegado por la crueldad estaba mostrando ser un rey más amable y comprensivo aunque cuando se le querían pasar de la raya no dudaba en hacer notar su poder y autoridad.
Yoongi se encontraba sentado encima de una nube blanca y esponjosa, Jimin a su lado, en su regazo para ser exactos. Ambos se acariciaban los dedos con ternura mientras escuchaban sus respiraciones que se estaban sincronizando.
—¿Te gustaría tener otro hijo? —preguntó Yoongi de la nada.
—No. —Jimin sonrió alzando la mirada para conectar sus ojos con los de su esposo— Jungkook ya nos provoca demasiados dolores de cabeza.
—En eso tienes razón, pero extraño tenerlo entre mis brazos. Ya es todo un hombre, incluso pienso en dejarlo llevar asuntos diplomáticos.
—Todavía no está listo. ¿Sabes que se escabulle a fiestas mundanas? —Jimin lo delató sin dudar.
—Algo de eso he sabido.
—Se escapa con el hijo de Jilianny. Ese par me van a causar tortícolis.
—Jungkook puede cuidarse solo, además no hay peligro alguno. —Yoongi encorvó los hombros.
—Pues sí. De todos modos no quiero otro hijo, me salieron estrías cuando nació Jungkook y no quiero que me vuelvan a salir —susurró Jimin.
—Pero ya desaparecieron, además eran lindas...
—¡Pero que mentira! —Jimin rio al mismo tiempo que le daba un leve empujón.
—¿Mentira? Podré ser el rey del infierno, el diablo mismo pero mi amor. A ti nunca te he mentido. —Lo tomó de la barbilla con suavidad.
—Ay mi Yoongi no sabes cuánto te amo.
—Jimin... Te entregaría la otra parte de mi alma si fuera necesario.
—Lo sé, pero no lo harás porque siempre permaneceremos juntos.
—El sol está a punto de esconderse y la luna va a aparecer. Quiero —Yoongi le dio un pico a Jimin—. Hacerte mío. —Le dio otro pico—. Durante toda la noche.
—¿Solo la noche? No quiero que duremos tantos meses haciéndolo, nuestro hijo nos espera...
—No prometo nada.
Al decir eso se abalanzó sobre Jimin haciendo que sus alas desaparecieran al mismo tiempo que devoraba sus labios.
Todo iba bien en todos los aspectos... ¿Pero eso cuánto tiempo duraría?
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Holaaaaaaa querido lector. Si llegaste hasta aquí quiero agradecerte por leer. Te recuerdo que esto es un borrador y próximamente lo editaré bien, así que eres considerado mi lector beta, gracias por darme la oportunidad.
Aprovecho para presentarte el último libro de la trilogía.
Su nombre es: MI HUMANO FAVORITO
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