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UN DÍA INUSUAL
DE REGRESO POR MIS COMPRAS Y RESPONSABILIDADES, SIEMPRE acostumbro pasar frente al instituto Aldera, donde a unas horas de camino se encuentra mi hogar.
El sonido de la campana resuena, y los alumnos empiezan a salir. Puedo verlos vestir un lindo uniforme, todos corren y caminan junto a sus amigos riendo mientras se despiden.
—Son tan afortunados.. –pienso mientras me abro paso entre los alumnos.
Por desgracia no puedo pagarlo, es un instituto que aún con su costo bajo no puedo pagarlo, suelo trabajar para ganar dinero y estudio por las tardes para poder aplicar a la Academia Yūei, hoy era mi día de descanso, así que por lo general siempre me tomó el tiempo para comprar y volver a casa con algo de comida, también por actividad extra me tome el tiempo de investigar sombre unas cuantas Academias.
Mientras camino por la acera, alcanzo escuchar como unos chicos se quejaban sobre un tal Bakugou, al parecer era alguien muy arrogante y agresivo. Según escuche ya empezaron los papeleos para aplicar a las diferentes Academias para Héroes, y también escucho otra cosas relacionadas a una tarde con amigos.
—¿Ya empezarán? –ya lejos de la Academia retomo el camino correcto hacia mi hogar mientras por última vez observo ese instituto.
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¡CORRE! Es en lo único que pensaba luego de ver como ese héroe daba su vida por mi.
Hace mucho, tuvo lugar un desastre y en medio de la confusión lo único que podia hacer era llorar y correr tan lejos como mis pies me lo permitiesen. Recuerdo que muy cerca del lugar donde yo me encontraba, una gran explosión provocó la destrucción de este mismo.
Ese héroe fue directo a mi madre, y tras una pelea dura el héroe me encontro y me saco de ese lugar, el me llamó por mi apellido, grito que me alejara, que corriera y que me escondiera. Pero habían palabras que yo no comprendía.
—¡vive y se libre!
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Esa noche caminaba perdida por la ciudad, y ocultándome entre los callejones oscuros pretendía alejarme de las personas. Pues luego de aprender a leer, comprendí que por alguna razón me buscaban. Sabía que me tomaron como un arma, así que he de suponer que me buscaban por alguna razón relacionada a esta. Se que me encuentro ardiendo en fuego y sobre todo mis manos estan manchadas de sangre que no es mía, algo que cargare siempre, pero ahora es diferente, puedo cambiar mi vida y eso es lo que haré. Entonces la búsqueda se detuvo hace ya un tiempo pero aún sigo ocultando mi identidad, por suerte mi cabello cambió a un color blanco y ahora ya no soy la misma niña a la que buscaban.
