02: Trato

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–Mhhh– Murmuró un cansado Omega de ojos esmeralda, que estaba acostado en una cómoda y extensa cama.

Izuku no se quería despertar y mucho menos levantarse, el aroma y la comodidad lo estaban invadiendo, pero realizó que no tenía la menor idea de dónde estaba, y mucho menos porque estaba ahí.

–¿¡Dónde estoy!?– Dijo alterado y angustiado el pobre Omega.

–Tranquilo, no le va a pasar nada– Dijo una Omega de ojos lavanda con el cabello de igual color, que medía 1.64.

–Ah– Izuku dio un pequeño chillido al ver a la chica aparecer de la nada.

–Buenos días, mi nombre es Toru Hagakure y ella es Nejire Hado– Dijo tranquilamente otra Omega de ojos celestes con el cabello celeste igualmente, que medía 1.64 al igual que su compañera.

–¿Cómo prefiere que lo llamemos?– Interrogó con amabilidad Nejire.

–I-izuku está b-bien– Respondió el Omega aún más asustado, pero guardando su aroma para que las chicas no lo notaran.

–Bueno, así te llamaremos de ahora en adelante Izuku-sama, tú nos puedes llamar como tú quieras, eres libre de decidir– Dijo contenta Toru, mientras hacía una reverencia sincronizada con su compañera.

–Perdonenme por interrumpirlas, pero ¿Dónde estoy?– Preguntó el Omega con cierta timidez.

–Ay, no te disculpes, mejor disculpanos a nosotras por la ignorancia– Dijo la Omega de ojos lavanda con vergüenza.

–Estás en la mansión Bakugo– Dijo amablemente la otra Omega de ojos celestes, respondiendo la pregunta del pecoso.

–Ah, cierto, Bakugo-sama te dejo ropa en el armario, escoge algún atuendo por favor– Dijo la Omega de cabellos lavanda, un tanto alterada.

–Te vamos a esperar afuera, ya que Bakugo-sama quiere hablar contigo– Continuó diciendo la otra Omega de cabellos celestes, mientras salía del cuarto con su compañera.

–(¿Quién será Bakugo?)– Pensó Izuku –(¿Y porque me tendré que cambiar? Estoy bastante cómodo con esta ropa)– Izuku siguió pensando lo mismo hasta que miro lo que tenía puesto, ¡Estaba usando solo una camisa blanca Italiana! Que por cierto le quedaba enorme.

Izuku ya iba a empezar a pelear consigo mismo, pero recordó que el tal Bakugo le tenía ropa en el armario, y sorpresa la que se llevó cuando cuando abrió esa puerta, ¡Era como si entrara a una maldita tienda de ropa! Habían conjuntos tan lindos que se le hizo difícil escoger uno, pero al final se decidió por una cosa algo básica: unos shorts blancos pegados, una camisa negra de manga corta pegada y un saco azul oscuro con cierre.

El Omega peli-verde salió de la habitación y las otras dos Omegas estaban afuera esperándolo.

–Se ve muy bonito con ese atuendo Izuku-sama– Dijo Toru con sinceridad.

–Muchas gracias Toru-san– Respondió Izuku un poco avergonzado.

–Bueno, ya lo tenemos que llevar con Bakugo-sama, siganos por favor– Dijo Nejire con un tanto de angustia disimulada.

El Omega asintió y siguió a las chicas, ansiando saber quien era el dichoso Bakugo. Aunque por unos momentos sus instintos le dijeron que Bakugo era el apuesto Alfa de ojos carmesí y cabellos rubios, decidió desechar esa idea.

–Llegamos, por favor pase– Dijeron las Omegas amablemente en coro.

Izuku trago duro, porque a pesar de la linda ropa y la cómoda cama, no sabia quien era el tal Bakugo, y ahora que lo pensaba literalmente lo habían secuestrado, pero no podía escapar, había guardias en su mayoría Alfas que se lo comunicaban con la mirada.

Doce Meses (Katsudeku/Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora