Doce Meses (Katsudeku/Omegaverse)

11: Pequeño Problema

–Buenos días Izuku-sama, ¿cómo se siente el día de hoy?– Toru entró a la habitación para dejar la bandeja de comida que llevaba en las manos en la mesa de noche.

–Oh, buenos días Toru-san, muy estoy bien– Izuku dejó su lápiz y su cuaderno de dibujo a un lado para ponerle atención a la que acaba de nombrar –. Muchas gracias, no tenias que traer el desayuno a la habitación– Dijo apenado con la Omega, ella y Nejire siempre intentaban que se sintiera lo más cómodo posible, se esforzaban de más.

–No es ninguna molestia, la verdad es que me alegra estar con usted, tiene un aura muy linda, es muy amistoso, me siento feliz de que Bakugo-sama haya escogido a un Omega tan bonito y amable– Contestó con sinceridad mientras una enorme sonrisa se posaba en su rostro.

Un pequeño sonrojo se hizo notar en las mejillas del Omega, le alegraba mucho que las personas pensaran así de él –Tu compañia tambien es muy agradable Toru-san, tu presencia alegra a cualquiera, te lo aseguro.

Después de esa conversación, el peliverde convenció a la de cabellos celestes para que se quedara mientras él desayunaba.

–¿Le gusto Izuku-sama?– Preguntó la más alta con amabilidad.

–¡Me gustó mucho! Todo estaba delicioso como siempre, dile al chef Ryosuke que muchas gracias– Respondió el más bajo con ánimo.

–Claro que se lo diré, aunque se le subirá más el ego– Ambos jóvenes se rieron.

Ryosuke Tamada, un anciano Beta, que a pesar de su avanzada edad su talento culinario no fallaba jamás y siempre que se lo alababan el ego se le subía a los cielos, cosa que en parte era buena, pues siempre que lo hacían mejoraba cada vez más.

La de ojos celestes se levantó de la silla que le habían ofrecido anteriormente, pues tenía que llevar los platos a la cocina, pero algo la detuvo.

–Ngh– El Omega se quejó levemente mientras bajaba la cabeza.

–¿S-se encuentra bien Izuku-sama?– La Omega tartamudeo y se acercó a la cama, parecía que el mencionado se estaba sintiendo mal.

–T-toru-san, mi c-celo, e-estoy en c-celo, se a-adelanto– A Izuku se le estaba dificultando decir la palabra celo.

–¿Q-qué?– Susurro Toru, tenía miedo, ¿pero cómo no tenerlo? El Omega destinado de su jefe estaba en celo y justo se había ido a un viaje de negocios, si llegaba a pasar algo el Alfa la iba a asesinar – Izuku, por favor dime donde tienes supresores.

–N-no tengo– Hagakure abrió sus ojos con preocupación –, se s-suponía que mi ciclo de c-celo empezaba e-en una semana, hace u-unos dias K-kacchan me pregunto s-si quería ser su O-omega, yo iba a a-aceptar cuando él regresara de C-china, entonces la i-idea era pedirle que me a-ayudará mientras e-estaba en mi c-celo– Explico mientras tartamudeaba por los pequeños espasmos que estaban recorriendo cada centímetro de su cuerpo, mientras que soltaba su aroma de necesidad –. N-necesito a K-kacchan, Toru-san– necesitaba a Katsuki.

–Izuku-sama, voy a cerrar las cortinas y puertas para que usted esté más cómodo y su aroma no salga de aquí, como Bakugo-sama no está es mejor que este solo, por lo menos intente calmar sus necesidades– Dijo la de cabellos celestes mientras salía de la habitación, tenía que avisarle a toda la mansión para que nadie fuera a entrar a al cuarto, solo Nejire y ella le iban a traer la comida, pero había un pequeño problema, Katsuki se tenía que enterar de la situación por la que estaba pasando el pecoso, de lo contrario su tumba estaba asegurada.

–Ahh– El peliverde gimoteo con lastima, se sentía mucho peor de lo normal, su ciclo celo era doloroso, pero ahora que había conocido a su destinado sus síntomas eran aún peores –Te necesito, Alfa– Hablo para si mismo mientras inconscientemente soltaba feromonas seductoras, en un intento imposible de que el rubio las oliera y viniera a ayudarle con su necesidad, cosa que por obvias razones no pasaría, así que con cuidado introdujo uno de sus dedos en su entrada, se iba a masturbar, no le quedó de otra.