Capítulo 25

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El carruaje paró frente a la entrada de la casa Hastings. Elizabeth pudo apreciar como su cuñada salía por la puerta a lo que abrió la puerta del transporte.

- Daph, he venido a recogerte - habló la Vizcondesa sonriente.

- Elizabeth - saludó la Duquesa subiendo al carruaje con ayuda de un mayordomo que cerró la puerta tras ella - no sabía que vendrías.

- Si, Lady Danbury me invitó en el almuerzo de la reina y sentí curiosidad por ver una fiesta únicamente de mujeres - habló animada la Vizcondesa.

- Seguro que disfrutamos de la velada - indicó Daphne intentando estar de humor aunque en realidad para lo único que iba a aquella reunión era para encontrarse con la mujer del general.

Al llegar, el transporte se detuvo y un sirviente de los Danbury las ayudó a descender al suelo, para después acompañarlas por los pasillos de la propiedad hasta el salón principal, desde el cual se escuchaba un gran bullicio. Tras ingresar en la estancia pudieron apreciar que las mujeres casadas de la alta sociedad estaban riendo y hablando, a la vez que bebían y jugaban. Un ambiente totalmente diferente a lo que se acostumbraba a ver en los bailes a los que acudían.

- Duquesa, Vizcondesa - saludó con una gran sonrisa la viuda Danbury andando con ayuda de su bastón - Bienvenidas a mi guarida de inmoralidad - dijo poniéndose entre las dos para llevarlas hacia la mesa dónde se sentarían.

- Ya conocéis a Lady Trowbridge pero, ¿conocéis a Lucy Granville? - cuestionó la mayor en referencia a la mujer morena de la mesa - y esta es Kitty Langham - finalizó tomando una calada del cigarro.

- La esposa del general, si - puntualizó el diamante de la temporada recibiendo una mirada poco disimulada de su cuñada sabiendo que después recibiría un cuestionario al puro estilo Holmes - es un placer conocerlas - habló ahora mirando al resto.

- Igual para mi, es un placer - dijo Elizabeth con una sonrisa.

- No te quedes mirando y da cartas a la Duquesa y a la Vizcondesa - ordenó Lady Danbury al sirviente que obedeció.

- Les enseñaremos las reglas - habló Lucy Granville.

- Una mujer hace los votos matrimoniales y luego las jugadoras le quitamos la virtud - comentó con una sonrisa divertida Lady Trowbridge.

- Eso si sus maridos han dejado algo que quitarles - secundó la morena tomando de su copa.

- Ya vemos que el Vizconde no ha dejado nada en su caso - dijo con burla la rubia bajando su mirada al vientre de la joven que se sonrojó notoriamente.

- No os asustéis, en cada turno tan solo deberéis poner vuestras fichas en la carta que penséis que el repartidor va a destapar, ahora señoras, hagan sus apuestas - explicó Lady Danbury.

Así comenzó la noche de las esposas, entre risas y juegos del azar, a la vez que Daphne intentaba entablar una relación con la esposa del general.

De mientras, en el club de caballeros la situación era totalmente diferente.

- Buenas noches Duque - saludó Anthony a su cuñado que degustaba un caro wishky - tiene gracia verte aquí.

- Soy de lo más cómico - ironizó Simon jugando con el hielo de su vaso.

- Me has evitado - dijo el Vizconde.

- Ahora tú eres el bufón - contestó el Duque volviendo a beber de su copa.

- Pues si no me evitas, podré tomarme algo contigo - sentenció para tomar asiento en la misma mesa.

De nuevo en la morada Danbury, en la mesa dónde estaban Daphne y Elizabeth acababa de terminar una partida.

Descubriendo el Amor [Anthony Bridgerton]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora