Capítulo 3

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A la mañana siguiente Elizabeth fue despertada por su doncella cuando esta retiró las cortinas del ventanal, dejando entrar la luz solar de la mañana. Esta se giró con molestia para volver a su sueño.

- Señorita Elizabeth debe de levantarse, los pretendientes llegarán y usted tiene que estar lista para recibirlos - le dijo a la joven que yacía aún en su cama.

- De acuerdo - bufó levantándose de mala manera - ¿Y qué dije ayer de las formalidades?

- Lo siento, es la costumbre - se disculpó Mary apenada.

- No te disculpes ya irás acostumbrándote - le dijo Elizabeth. 

Ya acicalada y arreglada con un semi recogido adornado de un lazo y un vestido violeta bajó al salón principal dónde ya estaban todas las féminas Bridgerton.

- Buenos días - saludó a todas con la mejor sonrisa que pudo.

- Buenos días Elizabeth, ven siéntate - le indicó Violet. Seguidamente entró el Vizconde a la estancia

- Anthony - lo llamó Daphne - no esperaba verte aquí esta mañana.

- Es muy temprano para ti, querido - comentó ahora la madre.

- A penas he podido dormir, por la emoción supongo - contestó a ambas mientras se llevaba un dulce a la boca y comiéndolo de un solo bocado. Elizabeth no pudo separar la mirada de la figura de Lord Bridgerton, no sabía bien el por qué pero cuando ambos se encontraban en la misma sala le era sumamente difícil despegar sus ojos de él y aunque no lo notara, igual le ocurría a él. Como si de una fuerza magnética se tratara no podía evitar no acercarse a la joven Holmes y por inercia se sentó en el asiento de al lado de ella.

- Hola Elizabeth, no hemos tenido tiempo de presentaciones antes, soy Hyacinth Bridgerton, estaba deseando conocerte. Fue impresionante cuando la reina te dedicó unas palabras. ¿Cómo se siente ser la hermana del detective más famoso de toda Inglaterra? - cuestionó llena de vitalidad acercándose a la invitada de los Bridgerton.

- Un placer conocerte Hyacinth, gracias y no sé, me sentiré como tú te sientes con tus hermanos - le contestó a todo lo que dijo un poco agobiada. En realidad con sus hermanos apenas ha tenido contacto a excepción de los últimos meses que se mudaron a Londres pero no iba a decirle eso a una niña de diez años.

- Yo soy Francesca, un placer conocerte - dijo de manera educada sonriendo de manera cálida.

- El placer es mío Francesca - dijo ahora Elizabeth feliz por la calidez.

- Eloise - la llamó Violet para que sacara la cabeza del libro que leía pero esta estaba absorta en su lectura por lo que Elizabeth se levantó de su asiento y se dirigió hacia la de cabellos oscuros bajo la atenta mirada del resto de los Bridgerton sin entender la intención de esta. Le quitó el libro de sus manos sin decirle nada.

- Eeeeh - reclamó cuando sus ojos perdieron las líneas que leían y se giró viendo atónita a la joven Holmes. Esta mantuvo su mano en la página en la que estaba y cerró el libro para ver el título del libro.

- Así que Shakespeare, lo leí cuando tenía once años, me fascinó hasta que comprendí los libros de ciencias - comentó mientras le devolvía el libro - encantada de compartir gustos contigo Eloise, algún día podríamos compartir ideas.

- ¿Lee libros de ciencias? - cuestionó sorprendido Lord Bridgerton pues nunca había conocido a una mujer que entendiera o incluso leyera ese tipo de libros.

- Si, Lord Bridgerton, la educación que recibí de mi madre fue poco convencional, si se podría decir así, desde que supe leer con cuatro años me mandaba a la biblioteca de nuestro hogar y me hizo leerme todos los libros que teníamos y puedo asegurar que no eran pocos - sonrió, pero no de manera falsa como lo hacía en los bailes, era una bonita y verdadera sonrisa, cargada de alegría por recordar a su madre aunque con un pequeño ápice de nostalgia - cuando Enola empezó a leer fue mi compañera de lecturas.

Descubriendo el Amor [Anthony Bridgerton]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora