Capítulo 21

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- Buenos días - habló con voz adormilada Anthony mientras veía a su esposa desnuda a su lado con su cabello revuelto y aún con los ojos cerrados. Hoy era el gran día de su hermana y debían de madrugar para poder estar en la iglesia a la hora.

- Cinco minutos más por favor - pidió como una niña pequeña a su esposo que no pudo evitar reír ante tal acto.

- Me gusta verte así - comentó el de espesa cabellera acariciando acariciando el rostro de su esposa la cual abrió los ojos bajo su tacto.

- ¿Así como? - interrogó confundida la joven sin entenderlo.

- Como yo solo puedo verte - respondió para acercar su rostro al de ella y darle un suave beso en sus labios. 

- Mi Vizconde - dijo divertida para cubrirse con la fina sábana pero este la detuvo para tomarla por la cintura y cerrar la poca distancia que había entre sus cuerpos. Sin querer levantarse de la cama, Anthony acariciaba el largo cabello castaña de Elizabeth mientras la cabeza de ella descansaba en el pecho de él. Podrían estar así todo el día pero el ajetreo de los sirvientes que trajo con ellos el Vizconde y las campanadas del reloj de pie los hicieron salir de la burbuja.

- Me quedaría así toda la mañana - habló la de iris color avellana mientras se levantaba bajo la atenta mirada de su esposo que no pudo evitar admirar la desnudez de la joven.

- Yo haría más cosas - sugirió Anthony levantándose y rodeando a Elizabeth con sus brazos. Con la cercanía que tuvieron, la joven notó la excitación de su marido, pero para desgracia de ambos, si querían desayunar arreglarse y llegar a tiempo a la iglesia debían de comenzar su mañana ya. 

- Tal vez más tarde Vizconde Bridgerton - susurró la joven Vizcondesa para posar sus labios sobre los de su esposo y ponerse un camisón blanco y después la bata para salir por la puerta del dormitorio hacia el salón dejando a Anthony con un problema que solucionar si quería salir de allí. 

- ¿Cómo te encuentras esta mañana? ¿Náuseas? - interrogó Anthony mientras tomaba el té mirando a su esposa la cual parecía que estaba mejor que otros días.

- Es como si supiera que hoy es un día especial, hoy no tengo ningún síntoma por ahora - expresó feliz mientras tocaba su vientre que en vez de ser plano como lo solía ser, tenía un muy leve volumen. Elizabeth cogió la revista de Lady Whistledown y emitió un sonido de sorpresa asustando a su esposo.

- ¿Qué ocurre? ¿Llamo al médico? - se acercó preocupado el Vizconde hacia su mujer cogiéndola pero ella tranquilamente le dio la nueva revista de sociedad y él la miró a ella sin entender lo que pasaba.

- Lee la revista - indicó con su cabeza mientras reía por la expresión de su esposo, el cual procedió a hacer lo que le hizo.

- No puede ser - dijo primero levantando su vista del papel y mirando a su esposa - ¿cómo puede ser que ya se haya enterado? - interrogó tirando la revista en la mesa.

- La verdad, no lo sé pero hoy nos toca un día duro - comentó la joven vizcondesa tocándose el puente de la nariz pensando en toda la sociedad dándoles la enhorabuena.

La familia Bridgerton volvía a reunirse en la iglesia con motivo matrimonial, pero esta vez era el casamiento del Duque de Hastings con el Diamante de la temporada. A la derecha estaban los invitados del novio, Lady Danbury y su amigo Will Mondrich junto a su esposa, Alice. Pocos invitados a decir verdad, pero todos sabían que Simon no era muy social. Por el otro lado teníamos a la numerosa familia Bridgerton, solo faltaba la sexta de sus vástagos, Francesca que se había ido durante la temporada social para mejorar su habilidades en el pianoforte.

- Vizcondesa debo de darle mis felicitaciones por su embarazo - dijo con una sonrisa la mujer que crió a Simon.

- Muchas gracias, Lady Danbury - agradeció la joven Vizcondesa pero la conversación se vio interrumpida por el sonido de la música anunciando la entrada de la novia siendo acompañada por su hermano mayor hacia el altar dónde aguardaba su futuro esposo, el cual no demostraba emoción alguna en su rostro. Todos se levantaron como se solía hacer para poder ver mejor a Daphne, perfecta en un precioso vestido de impoluto blanco con su porte habitual y la sonrisa bien ensayada. Violet no pudo evitar llorar de la felicidad al ver a su hija casándose por amor como siempre lo había deseado. Al notar aquello, Elizabeth no dudó en ofrecerle su pañuelo para que su suegra agradeciera el gesto con una sonrisa. Al llegar al altar, la mirada de admiración del Duque era más que notoria, lo que hizo que la joven Vizcondesa pusiera sus ojos en blanco al ver frente a sus ojos lo ciegos que estaban. Anthony dejó a Daphne junto a su prometido y caminó hacia el primer bando dónde estaban su madre y esposa que se deslizaron hacia la izquierda para dejarle un hueco. 

Descubriendo el Amor [Anthony Bridgerton]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora