Capítulo 03 ;
El príncipe se queda sin zapatilla.POV. Camila
Caminé hasta la mesa en donde estaban Luisana y su esposo, él susurraba algo al oído de ella que la hacia sonreír, casi me dio pena llegar e interrumpir.
—Hola chicos. –Luisana me miro curiosa.
—¿Qué crees que haces? –preguntó viéndome tomar mi bolso.
—Es tarde y no me gusta conducir de noche. –ella me miraba entre cerrando los ojos, casi buscando otro motivo.
Bueno, de hecho lo había. No quería tener que soportar a Manuel y sus halagos o que ella notara la nueva mancha en el traje de su hermanito.
—Tienes razón, pero solo por que no estaría tranquila si te fueras más tarde. –me advirtió ceñuda.
—Es un poco mandona. –murmuró su esposo, en respuesta ella le dio un codazo.
—Dame tu teléfono, para reunirnos. –me quede en blanco, no sabia si era lo mejor.
—Claro, me gustaría. –acepte, en realidad deseaba verla de nuevo, pero no quería volver a saber nada de Benjamin Rojas, ni siquiera para volver a derramarle cualquier cosa.
Sonreí divertida mientras de daba mi numero, también pidiendo a Dios que no se lo diera a cualquier persona. Luego me tome el tiempo de despedirme de ella, Michael, Mia y su prometido.
Llegué a la salida dirigiéndome al valet, él cual me sonrió y fue por mi auto, me abracé a mi misma sintiendo el frío de la noche, el chico aparcó y me abrió la puerta.
—Gracias. –murmuré agradeciendo, el volvió a sonreír pero esta vez de un forma ¿Sexy? Luego me entrego un papel.
—De nada hermosa. –contestó, negué con la cabeza riendo, entré y él cerró la puerta.
Cuando giré hacia la siguiente avenida, miré el papelito, había un nombre y un teléfono. Por Dios, si el chico era un adolescente, aunque claro no estaba mal. Al menos había dejado boquiabierto al mismísimo Manuel Aguirre y había arruinado el traje fino al engreído de Benjamin Rojas, muy poco comparado con todo.
En realidad me alegraba haber asistido, conocer un poco más a Luisana y Mia, jugué con la idea de llegar a ser amigas, me imaginé a ellas junto a Lujan yendo de compras conmigo, riendo y contando secretos, criticando a otras personas, inocentemente claro esta.
Sonreí, soy tan ingenua, pero soñar no costaba nada, aun cuando estaba casi segura que no los volvería a ver.
Coloque un poco de música para relajarme, habían sido demasiadas emociones por una noche, estaba feliz por que hubiera terminado... o ¿no? ¡Pues no! Mi querido auto respingó y con dos movimientos más se paró por completo.
—¡Ahora que! –exclamé bajándome para ver mi auto, tirité ante el frío, por mi simple observación no deducía nada y la verdad no era una mecánica experta.
—¡No me puedes hacer esto! –me recargué sobre la puerta del copiloto mirando los autos pasar, saqué mi teléfono y marqué el número del seguro, después de 15 minutos de dar datos, por fin me dijeron que estarían conmigo en aproximadamente media hora, cuando ya fuera un cubito de hielo.
Me subí al coche resignada a esperar hasta que pasaran los treinta minutos y tratar de no morir de aburrimiento o hipotermia, o ambas.
"Trescientos diez, trescientos once, trescientos doce"... y toc, toc.
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• Esta vez, si || Benjamila •
Hayran KurguA veces demostramos el amor de forma estúpida... Camila no se imagina que el asistir a una fiesta de ex alumnos su pasado volverá a ella, para cambiar su vida y quizás quedarse con ella... -Eres un cisne "pecas", siempre lo fuiste, no le creas al id...